Respirar monóxido de carbono puede matarte en media hora

La autopsia realizada a los seis fallecidos por el incendio en Tordógar (Burgos) concluye que la causa de la muerte ha sido asfixia por la inhalación de gas. Una chispa saltó de la chimenea encendida y prendió rápidamente varios muebles de la casa rural en la que se hospedaban. Seis de los doce miembros de la familia Medio han perdido la vida y otros cinco han sido hospitalizados por quemaduras e intoxicaciones leves.

Las combustiones de poca calidad suelen acarrear numerosos accidentes como el producido en la madrugada de este sábado.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en 2011 se produjeron un total de 154 víctimas mortales por intoxicación de monóxido de carbono.El pasado mes de diciembre cada día moría en España una persona por esta causa. El invierno, debido a las bajas temperaturas, es la época en la que más accidentes de este tipo se producen.

La generación de calor a través de la combustión de materiales inflamables es un gran aliado a la hora de calentarnos y poder alimentarnos. Sin embaro cuando las condiciones en las que se produce energía no son las adecuadas, las chimeneas, las estufas o la calefacción se pueden convertir en una emboscada mortal.Dos factores determinantes: mala combustión y ventilación.

El monóxido de carbono es un gas venenoso que se genera con una mala combustión. Esto se produce por el deterioro y falta de limpieza del dispositivo que genera el calor y por la falta de oxígeno. Si además no existe una ventilación adecuada en el lugar donde se está produciendo esa mala combustión, se corre el riesgo de sufrir una intoxicación difícil de detectar y que en media hora puede provocar la muerte.

El monóxido de carbono no tiene ni olor ni color, por tanto es muy difícil detectar su presencia. Una gran producción de este material y la no renovación del aire suelen ser las causas de los fallecimientos.

Cuando se inhala, este gas entra en contacto con la sangre ocupando el lugar del oxígeno. De este modo el gas llega a todos los tejidos y órganos del cuerpo, afectando a su funcioamiento, principalmente al sistema cardiovascular. La presencia de esta sustancia en el organismo humano genera un adormecimiento generalizado de los sentidos hasta el punto de que los afectados ven reducida su movilidad y pierden la sensación de peligro. No son conscientes de lo que les está ocurriendo, no genera sensación de estar siendo enveneado. De ahí los apodos de 'gas silencioso' y 'muerte dulce'.

En los primeros momentos de su inhalación, los síntomas comienzan por dolores de cabeza, mareos y vómitos, cansancio e incluso pérdida del conocimiento. Pero cuando la cantidad de monóxido de carbono en nuestro organismo va creciendo, el cuerpo se duerme explica el doctor Tomás Camacho. El proceso suele ser muy rápido, en media hora puede producirse el fallecimiento de una persona.

Simplemente con abrir las ventanas o abandonar el lugar en el que se encuentra, el afectado podria sobrevivir pero "la mayoría de las víctimas no se percatan de lo que les está ocurriendo". Pese a que algunas veces el afectado pueda notar lo que sucede, la parálisis del cuerpo le impide pedir ayuda o escapar. Explica el forense José Antonio García Andrade.Una llama amarilla es señal de riesgo

Aunque el monóxido de carbono no pueda apreciarse al carecer de olor y color, existe una señal que nos alerta de su presencia: las llamas. Una llama con tonos amarillos indica la presencia de este gas y una mala combustión del material que se usa para generar el calor. El color normal del fuego en las herramientas o dispositivos de generación de calor, debe ser siempre azul, indican desde el 112. De lo contrario se podría estar generando gas venenoso.Consejos y prevenciones

- Para evitar estos trágicos accidentes lo aconsejable es utilizar calefacción a través de radiadores o estufas sin llamas.

- Se recomienda acudir a los profesionales técinos para realizar la instalacion de cualquier sistema de calefacción y realizar las oportunas revisiones anuales

- Mantener limpios los dispositivos de generación de calor como chimeneas, calefactores y estufas. La acumulacion de residuos y materiales inadecuados puede alterar y mermar la calidad de la combustión.

- Los conductos de salida de humo y gas no deben estar nunca obstruídos ni por el mobiliario del hogar ni por la acumulación de sedimentos, nidos u otras circunstancias. Es por esta circunstancia por la que el peligro aumenta en las segundas residencias, que habitualmente no están ocupadas.

- Hay que procuarar la adecuada ventilación de las habitaciones en las que hay estufas y braseros.

- No tapar nunca este mobiliario con ropas, cortinas, faldas de la mesa o cualquier otra tela.

- Apagar cualquier fuente de calor mientras se esté durmiendo.