La investigación acerca de este vertido se remonta al pasado 28 de mayo, cuando el Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil (Seprona), fue avisado de un posible vertido en el río Valdediós a su paso por la localidad de Grases.
Una vez en el lugar, los agentes comprobaron la existencia de unas 15 o 20 truchas muertas en el cauce del río. Los ejemplares tenían entre cinco o seis centímetros. También estuvieron presentes para comprobar lo ocurrido agentes del Medio Rural del Principado de Asturias.
En un primer momento, el personal desplazado no logró determinar el punto del vertido que había ocasionado el perjuicio medioambiental. Tampoco vieron más peces fallecidos.
Sin embargo, dos días después, el 30 de mayo, la Guardia Civil recibió un nuevo aviso desde la zona, dado que se habían detectado otros 200 peces muertos en la misma zona. También habían avisado a los agentes de la intoxicación de un perro y un gato que habían bebido del río, aunque en estos casos no se ha podido establecer la relación causal con el vertido.
A raíz de ese nuevo episodio de peces muertos en el río, los agentes volvieron al lugar. Tras la correspondiente investigación y gestiones con la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC), se determinó que el vertido habría procedido de una explotación ganadera de la zona, por lo que se ha tomado declaración a su titular por un delito contra los recursos naturales y las diligencias se han remitido al juzgado.
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