Ribó recibió 114 quejas lingüísticas en 2011, un 66 % por vulnerar el catalán

  • El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha asegurado que en Cataluña no existe un conflicto lingüístico ya que en 2011 recibió sólo 114 quejas de este ámbito, un 66,5 % de las cuales fueron por vulneración de los derechos de los catalanohablantes, frente al total de 8.180 quejas presentadas.

Barcelona, 13 feb.- El Síndic de Greuges, Rafael Ribó, ha asegurado que en Cataluña no existe un conflicto lingüístico ya que en 2011 recibió sólo 114 quejas de este ámbito, un 66,5 % de las cuales fueron por vulneración de los derechos de los catalanohablantes, frente al total de 8.180 quejas presentadas.

Según el informe anual que hoy ha presentado Rafael Ribó en el Parlament, del total de 114 quejas lingüísticas, un 28,19 % lo fueron por vulneración de los derechos de los castellanohablantes, la mayoría porque la administración no había garantizado el suministro de documentos en castellano, mientras que un 66,5 % fueron por vulnerar el derecho de los catalanohablantes y un 1% por vulneración de los que usan el aranés.

El síndic destaca en su informe que muchas de las quejas se refieren a la falta de atención en catalán a los usuarios de servicios de transporte o de telefonía móvil "e incluso de los prestados por instituciones propias del Estado, con motivo de la renovación de documentos expedidos por la adminsitración estatal o de la realización de trámites fronterizos.

Ribó se ha quejado de la falta de colaboración de la Delegación del Gobierno en Cataluña y le ha recordado que el marco legal actual le obliga a colaborar con el Síndic de Greuges.

En cuanto a las quejas presentadas por castellanohablantes, el síndic explica en su informe que la mayoría son porque las señales de tráfico o las informativas complementarias están escritas en catalán.

En este sentido, el síndic ha recordado a las administraciones públicas "la necesidad de adoptar medidas oportunas para que, en estos casos, en la información complementaria de los pictogramas se utilice, a demás de la lengua propia de Cataluña, el castellano, cuando pueda haber indefensión de las personas que desconozcan el contenido que la señal pueda transmitir".

En su informe, Ribó hace público el caso de un agente de la Policía Nacional de Tarragona que pidió a un ciudadano que le hablase en castellano porque no entendía el catalán.

El ciudadano se negó a cambiar de lengua y decidió hablar despacio para el que agente le pudiera entender y fue entonces cuando el policía le respondió en inglés.

El vecino recurrió al síndic al entender que el policía le había menospreciado y humillado y que hizo escarnio y mofa de la situación ante los otros funcionarios.

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