Rousseff afirma que la crisis no exime del respeto al medio ambiente

  • La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó hoy que la crisis económica no exime a los países de sus obligaciones con respecto al medio ambiente, en un discurso que coincidió con el inicio de la última ronda de negociaciones de la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20.

Río de Janeiro, 13 jun.- La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó hoy que la crisis económica no exime a los países de sus obligaciones con respecto al medio ambiente, en un discurso que coincidió con el inicio de la última ronda de negociaciones de la Conferencia de la ONU sobre Desarrollo Sostenible Río+20.

"No consideramos que el respeto al medio ambiente se da solo en fase de crecimiento del ciclo económico, es parte intrínseca de la condición de desarrollo", dijo Rousseff al inaugurar un pabellón temático de Brasil en una exposición paralela a la Río+20.

El Pabellón Brasil, instalado en el Parque dos Atletas, cercano al centro de convenciones Riocentro que alberga la Río+20, presenta una evolución del desarrollo sostenible brasileño en cinco ejes temáticos: innovación y producción agrícola sostenible; inclusión social y ciudadanía; energía e infraestructura; turismo, grandes eventos y cultura, y medio ambiente.

Rousseff puntualizó que la inclusión social es "un elemento crucial de cualquier política económica en cualquier tiempo" y manifestó que su Gobierno va a "reforzar" las políticas sociales y ambientales como "instrumento" para superar la crisis mundial.

La mandataria manifestó que los procesos de inclusión social son clave para los pueblos de los países emergentes de África, Asia y América Latina "que no disfrutaron de los frutos del desarrollo".

Sobre la Río+20, conferencia que va a reunir a un centenar de jefes de Estado y de Gobierno en Río de Janeiro entre los próximos 20 y 22, Rousseff alertó sobre "la necesidad" de alcanzar "un compromiso de todo el mundo".

La Río+20 discute cómo darle concreción al concepto de "economía verde", como un instrumento del desarrollo sostenible y también estudia la reforma de los organismos internacionales dedicados al medio ambiente.

Rousseff afirmó que Brasil "no tiene la pretensión y la soberbia de tener todas las respuestas", pero lució de poseer "uno de los mejores modelos" de desarrollo económico, inclusión social y cuidado al medio ambiente.

En ese sentido, señaló que la economía de su país creció un 40 por ciento en la última década, tiempo en el que se crearon 18 millones de empleos y se consiguió que 40 millones de personas "ascendieran" a la clase media.

También puntualizó que la tasa de deforestación de la Amazonía brasileña cayó un 77 por ciento desde 2004 y recordó que el 45 por ciento de la energía producida en el país procede de fuentes renovables.

La presidenta consideró que el respeto al medio ambiente también "significa mejorar la productividad" de la agricultura, que tiene una "inmensa capacidad de ser sostenible".

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