¿Se respetan en Israel los derechos de las mujeres?

  • Durante una ceremonia militar algunos soldados varones abandonaron el lugar argumentando que el coro de mujeres ofendía su concepto de modestia. El papel de la mujer israelí en la vida pública se ha convertido ahora en el foco de debate del país.
27 mujeres liberadas
27 mujeres liberadas
Noga Tarnopolsky, Jerusalén | GlobalPost

El lugar que ocupan las mujeres en la vida pública de Israel está dominando estos días los titulares de la prensa, tras una serie de incidentes que ponen de relieve lo que algunas voces califican de creciente represión contra las mujeres en el país.

El Ejército de Israel, en el que las mujeres han servido desde la creación del Estado, es el principal foco de la polémica, al saberse que algunos soldados varones abandonaron ceremonias religiosas en las que cantaron mujeres, argumentando que ofendía su concepto de modestia.

En Israel el servicio militar es obligatorio para todos los hombres y mujeres mayores de 18 años, aunque tradicionalmente se exime a los seminaristas. Ahora, la tradicional igualdad de géneros en el Ejército choca con una nueva hornada de reclutas ortodoxos, que tratan de imponer sus valores.

También ha tenido amplio eco en la prensa un incidente que afecta a la profesora de Medicina Pediátrica del Hospital Universitario Hadassah, Chany Ma'ayan, galardonada en septiembre con un premio del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, siguiendo órdenes del viceministro de Sanidad, Ya'akov Litzman, judío ultraortodoxo, y a diferencia de los ganadores masculinos del mismo premio, a Ma'ayan no le invitaron a subir al escenario el día que entregaron los galardones.

Este episodio ha hecho que las mujeres, especialmente las ortodoxas, hayan expresado su indignación por el creciente extremismo que están demostrando los hombres religiosos en la vida pública israelí.

"Fue un evento público en el que participó un viceministro del estado", denunció la doctora Hanna Kehat, directora de Kolekh, una organización de mujeres profesionales religiosas, en una entrevista a Israel Radio. "Es un incidente de discriminación grave, que está prohibido por ley y que cuesta creer que haya tenido lugar. Estamos avanzando a gran velocidad hacia Irán".

En parte estos eventos reflejan la creciente fuerza de algunas figuras religiosas en Israel. Por otra parte, según Molly Malekar, directora del Centro Asesor de las Mujeres, "esto es un golpe contra el creciente papel de las mujeres en la vida pública de Israel y el reconocimiento de las causas de las mujeres".

"Dos mujeres lideran ahora los principales partidos políticos [Tsipi Livni, jefa de Kadima, y Shelly Yachimovich, del Partido Laborista] y una tercera podría liderar Meretz.

Una mujer es presidenta del Tribunal Supremo. Los temas relacionados con las mujeres han  avanzado de manera significativa en la sociedad, hasta el punto de que un ex presidente está en la cárcel por delitos sexuales. Así que parte de lo que estamos viendo es un retroceso inevitable en el avance de las mujeres. Este retroceso no es una coincidencia".

La polémica adquirió especial resonancia tras descubrirse, hace varios meses, que los carteles de una campaña a favor de una donación de órganos a nivel nacional incluían fotos de figuras femeninas en Tel Aviv, pero tan sólo hombres en los que se difundieron en Jerusalén.

La doble versión de los carteles causó indignación, y el Centro Nacional de Trasplantes, que había cedido a la presión de los líderes religiosos, tuvo que pedir disculpas. Ahora está cambiando los anuncios en la capital, para incluir también a mujeres.

"Los ultraortodoxos (aunque es importante subrayar que no todos) están haciendo esto porque tienen un punto de vista equivocado, en el que ven el conflicto en torno al papel de la mujer en la vida pública como un choque entre tener fe y no tenerla, entre ideología y un modo de vida. La verdad, por supuesto, es que el conflicto es entre dos fes", asegura el analista y escritor Yair Lapid.

Refiriéndose a un feroz editorial que publicó en primera página en el periódico Yedioth Acharonoth, Lapid dice que escogió "la palabra 'sagrado' para subrayar el hecho de que la igualdad de las mujeres es parte de la fe de cualquier ser humano liberal.

Al igual que cualquier fe religiosa (y es fácil olvidar que incluso el judaísmo no es una fe sino que es, al igual que cualquier otra religión, simplemente una forma determinada de practicar la fe), y para nosotros también, hay ciertos temas que son más o menos importantes, y los ultraortodoxos tienen que entender que están jugando aquí con una de las rayas absolutamente rojas para cualquier persona libre".

GlobalPost ha intentado hablar con los miembros ultraortodoxos del Consejo Municipal de Jerusalén, pero todos ellos se negaron a responder a cualquier pregunta sobre el tema de la mujer en la esfera pública. Un portavoz, que pidió anonimato, dice que esas son "arenas movedizas" para cualquier político ultraortodoxo.

¿Cómo ha llegado Israel hasta este punto?

Entre otras cosas, la sociedad ultraortodoxa, una minoría dentro de la población de Israel, ha aumentado notablemente su influencia en la vida política y partisana de la nación debido a las frágiles coaliciones que conforman los gobiernos israelíes, que a menudo requieren apoyos clave de los partidos minoritarios.

La creación de la organización de Kehat de mujeres profesionales judías ortodoxas no es más que un síntoma de lo que está ocurriendo. Y mientras las mujeres ortodoxas demandan más libertades, algunos hombres jóvenes también están optando por formas de vida que les permiten interactuar con el mundo seglar, o bien entrando en el Ejército o accediendo al mercado laboral, en lugar de dedicarse a estudiar la religión toda su vida.

 

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