¿Ser padre es más difícil hoy? Las redes y querer ser perfecto no ayudan

    • "Los padres de hoy en día lo tienen más difícil que nunca", es lo que opina Silvia Álava, directora del área infantil en el Centro de Psicología Álava Reyes.
    • La psicóloga recomienda que no se prohíba totalmente a los más pequeños utilizar tabletas o cualquier otro dispositivo con conexión a internet.
La psicóloga, Silvia Álava presenta su libro "Queremos que crezcan felices"
La psicóloga, Silvia Álava presenta su libro "Queremos que crezcan felices"

"Los padres de hoy en día lo tienen más difícil que nunca", es lo que opina Silvia Álava, directora del área infantil en el Centro de Psicología Álava Reyes. Dos son los factores que afectan directamente a la complejidad de educar hijos hoy en día, por un lado la presión social y el exceso de información que les pide ser "los padres perfectos" y por el otro el reto que supone enfrentarse a la introducción de las nuevas tecnologías y las redes sociales en la educación de los menores.

La psicóloga recomienda que no se prohíba totalmente a los más pequeños utilizar tabletas o cualquier otro dispositivo con conexión a internet, aunque explica que es necesario controlar el uso que se hace de ellos. Que los niños puedan acceder a la red sin una supervisión adecuada podría suponer que los pequeños llegaran a contenido no deseado, o incluso que sean ellos mismos los que cuelguen en sus redes sociales imágenes o vídeos que pudiera resultar dañino para ellos.

A pesar de todo, Álava no quiere "ni mucho menos demonizar las nuevas tecnologías". Aunque sí advierte, en este sentido, que los padres son "los responsables legales de todo lo que hacen sus hijos hasta que cumplan la mayoría de edad" y que, por tanto, deberían controlar de manera esporádica los contenidos que los menores suben a internet, además de mantener unas normas sobre la suscripción a determinadas redes sociales que no permiten el acceso para jóvenes de según qué edades.Utilizar las tabletas como "premios"

La psicóloga explica todas estas cuestiones en su libro "Queremos que crezcan felices, de la infancia a la adolescencia" que presentó este jueves ante la prensa. Los 41 capítulos del manuscrito podrían considerarse casi un manual para padres con hijos de edades comprendidas entre los 6 y los 12 años. "Cuando sacamos 'Queremos hijos felices' algunos padres se quedaron con ganas de más", explicaba Álava refiriéndose a su primer libro que abordaba la educación de niños hasta los seis años.

La psicóloga aprovecho la ocasión para explicar que, con cada vez más frecuencia, los menores tienen cada vez más dificultades para desarrollar según qué competencias relacionadas con las habilidades sociales debido al uso de las pantallas. "No desarrollan competencias sociales básicas porque no tienen campo de entrenamiento", espeta.

Y recomienda a los padres utilizar estos dispositivos como "premios" que recompensen a tareas bien hechas o cumplidas, "hay que enseñarles que primero va la obligación y después el ocio". Es importante imponer horarios de uso de tabletas, móviles y ordenadores además de procurar que estos aparatos estén siempre a la vista de todo el mundo para impedir un uso no adecuado de los mismos por parte de los menores.El objetivo, ser el mejor padre posible

Aunque en su libro, la psicóloga no solo aborda la problemática de las nuevas tecnologías. De hecho, se trata solo de un capítulo dentro de un manual que alberga todos los problemas a los que los padres tienen que hacer frente cuando se trata de educar a sus hijos. Álava ha aprovechado su experiencia para aportar ejemplos de casos reales y de cómo se llegó a solucionarles para redactar una guía que de a los padres unas simples pautas que les ayuden a actuar ante situaciones del día a día como si deben ayudarle con los deberes, cómo hacer frente a los miedos de los más pequeños o cómo gestionar la paga. "El objetivo del libro es ser el mejor padre posible", afirmó.

Álava aclara que su manuscrito da pautas generales de actuación pero que cada niño tiene necesidades especiales que hay que atender de manera independiente, "no se puede exigir lo mismo a todos los niños". Explica que el objetivo final de la educación de los más pequeños es conseguir que todos los menores adquieran todas las competencias necesarias para la vida. Para ello, es necesario trabajar en varias cuestiones como la autoestima, la seguridad en sí mismos, el autocontrol y la gestión de la frustración. "El libro prepara a los padres para lo que va a llegar: la adolescencia".

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