Siamesa chilena superviviente supera fallo renal y sale de riesgo vital

Santiago de Chile, 19 dic.- María Paz, la bebé superviviente de las siamesas que fueron separadas hace seis días en Chile en una operación de 20 horas, superó un fallo renal y salió de riesgo vital, informaron hoy fuentes médicas.

María José, la otra siamesa de diez meses de vida, falleció la noche del domingo, a causa de una "falla orgánica múltiple fundamentalmente asociada a sus problemas cardíacos", dijeron las autoridades del hospital infantil "Luis Calvo Mackenna", de Santiago.

Juan Carlos Acuña, jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del recinto, dijo a los periodistas que María Paz ya se encuentra despierta y que se ha ido recuperando de un falla renal que presentaba, por lo que ya el domingo se le suspendió el sistema de diálisis que tenía.

"Afortunadamente tiene una evolución favorable, día a día hemos tenido avances. Pasó de una ventilación de alta frecuencia a una convencional. Tuvo una falla renal de la que se ha ido recuperando", precisó Acuña

"Sigue en una situación de extremo cuidado, pero teniendo una evolución favorable por lo que da la sensación de que riesgo vital ya no debería tener", agregó.

Lo anterior, "es una excelente señal", la bebé, perteneciente a una familia de la sureña región de La Araucanía, está despierta "desde que su condición sistémica permitió que le bajáramos la ceo-analgesia, para poder cambiarla a un ventilador más favorable", indicó.

Las bebés estaban unidas desde la parte alta del esternón hasta la pelvis y compartían el hígado, parte del intestino y el colon; tenían demás uréteres cruzados, es decir, cada riñón se conectaba con la vejiga de la otra niña.

María José ya había presentado complicaciones la noche del pasado jueves, cuando sufrió un episodio de taquicardia extrema que requirió de reanimación y medidas extraordinarias en esa ocasión y en los días siguientes, hasta su deceso.

El cuerpo de la bebe fallecida fue entregado este lunes a sus padres.

Antes de ser separadas, las niñas habían sido sometidas a siete cirugías, la última para separar una pierna que compartían.