A través de un comunicado de prensa, la UFP ha denunciado la continua exposición a la inhalación de humos de los vehículos que aguardan las colas en el puesto fronterizo, "gases que contienen monóxido de carbono, incoloro, inodoro y muy tóxico".
El sindicato policial ha advertido de los efectos a corto plazo de la exposición a este gas se califica como "toxicidad aguda" y provoca "dolor de cabeza y asfixia", mientras que los efectos a largo plazo son más lentos y requieren exposiciones repetidas y tardan meses o años en aparecer denominándose ésta "toxicidad crónica". Entre los efectos últimos, UFP ha avisado que estarían "el cáncer o también alteraciones genéticas, las reacciones alérgicas y la toxicidad del sistema nervioso".
UFP considera que la vigilancia de la salud de los agentes de la Policía Nacional "se debería llevar a cabo periódicamente y de acuerdo en los protocolos establecidos específicos de riesgo químico".
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