Sonsoles Suárez "echa de menos" a sus padres y a su hermana Marian en su gran día

MADRID, 23 (OTR/PRESS - Arantxa Choclán)

Su sueño hecho realidad. Después de doce años de noviazgo, la hija del expresidente del Gobierno Adolfo Suárez le dio el 'sí quiero' al músico y compositor mozambiqueño Paulo Wilson. Una boda íntima y sencilla a la que acudieron las personas más importantes para los novios. Pero también hubo ausencias, Sonsoles "echó de menos" a sus padres y a su hermana Marian en su gran día.

Juntos en lo bueno y en lo malo durante este largo noviazgo, que les ha servido para tener las cosas aún más claras. Así, con toda esa ilusión, multiplicada por la larga espera, llegó por fin el gran día. Primero, con una ceremonia, íntima y sencilla, en el Ayuntamiento de Pozuelo, y al día siguiente, con una celebración, romántica y original, en el Real Café Bernabéu.

No llegaban a ochenta los elegidos por los novios para compartir ese día tan especial. Pero entre ellos faltaban los más importantes: "He echado mucho de menos a mis padres y a mi hermana Marian, pero están mis sobrinos Alejandra y Fernando, sus hijos, que son parte de ella", tal y como cuenta a la revista 'Hola'.

Y entre esas personas importantes para la pareja pudimos ver a amigas como Marta Sánchez, la periodista María Rey y Manuel Campo Vidal, presidente de la Academia de la Televisión. Entre los íntimos también figuraban Susana Uribarri, y por supuesto, la madre y la hermana de Wilson, además de algunos de sus primos.

Sonsoles tenía claro cómo quería verse el día de su boda, y para ello confió en el buen hacer de la diseñadora Rosa Clará. El resultado, un sencillo y elegante traje realizado en tul de seda natural, con escote palabra de honor y detalles de aplicaciones de encaje 'rebrodé'. Una novia bellísima, sencilla y natural, fiel reflejo de ella misma, según informa la citada revista.

Después del enlace, la pareja se plantea su futuro, en principio, como hasta ahora. Entre Portugal, Mozambique y España. Sus vidas, por trabajo, por familia y por amigos, están repartidas entre estos tres países. Y siguiendo con el futuro, Sonsoles no descarta ser madre, aunque se le complica un poco, ya que va a cumplir cuarenta y cinco años y cada vez es más difícil.

Aunque el destino ha sido duro con su familia, ella nunca ha perdido la ilusión por vivir. Nunca ha tenido la sensación de que no quería luchar y su gente ha sido la que la ha animado a hacerlo. Así, la fiesta comenzó con los acordes del saxo de Otis (amigo del padre de Wilson) que puso al público en pie con su arte y a los novios a bailar. Lo dicho, el sueño de una boda hecho realidad.