Termina marcha de campesinos "sin tierra" indios tras acuerdo con el Gobierno

  • Unos 30.000 campesinos desposeídos de la India pusieron fin hoy a una marcha con la que demandaban una reforma de la tierra, tras arrancar del Gobierno la promesa de un nuevo marco legal en el sector antes de un plazo de seis meses.

Diego Agúndez

Nueva Delhi, 11 oct.- Unos 30.000 campesinos desposeídos de la India pusieron fin hoy a una marcha con la que demandaban una reforma de la tierra, tras arrancar del Gobierno la promesa de un nuevo marco legal en el sector antes de un plazo de seis meses.

Hasta la ciudad norteña de Agra se desplazó el ministro de Desarrollo Rural, Jairam Ramesh, que mantuvo conversaciones con los representantes de la marcha y anunció que la agenda de reformas estará lista en ese plazo, según medios locales.

La marcha, bautizada como "Agitación del Pueblo por la verdad" y organizada por el grupo Ekta Parishad, comenzó la semana pasada en la región de Madhya Pradesh, y sus promotores preveían alcanzar la capital india a finales de octubre.

"No tenemos política agrícola. Si una corporación quiere tierra, hay una provisión que le permite adquirirla en 24 horas. Esto significa que pueden saltarse las demás leyes para obtener cualquier tierra", dijo a Efe el coordinador de campaña, Ramesh Sharma.

Entre otras cosas, según sus responsables, el Ekta Parishad demanda tribunales rápidos para juzgar disputas de tierras, establecer registros de propiedad, garantizar el derecho a un hogar y que la tierra sea para aquellos que la trabajan.

"El estado te puede quitar la tierra en función del 'interés general', pero con la corrupción que hay aquí ese sentido se voltea. Además, en 120 años, no ha habido ni un caso en el que se expropiara tierra para dársela a los jornaleros sin tierra", añadió Sharma.

El ministro Ramesh llegó al campamento de los marchadores en torno al mediodía, acompañado de otro diputado, y en un discurso de media hora prometió apoyar sus demandas mediante la preparación de una agenda que será sometida a aprobación del gobierno.

Los caminantes, entre quienes hay indígenas tribales, campesinos sin tierra, jornaleros y activistas, piden derecho "al agua, la tierra y el bosque", en pleno debate en la India sobre el modelo de desarrollo, ante progresivas reformas afines al capitalismo.

En los últimos años, el país ha sido escenario de varias controversias por la implantación de plantas industriales en suelo expropiado a campesinos, que han protagonizado olas de desobediencia civil y enfrentamientos con las autoridades.

La compañía automotriz Tata Motors tuvo que desistir de emplazar una planta de fabricación de su modelo "Nano" en la región oriental de Bengala a causa de las protestas que suscitó la venta de los terrenos.

Y en la actualidad, persiste la oposición a la instalación de un proyecto millonario de la acerera surcoreana Posco en las costas de la región de Orissa, pese a que, según el Ekta Parishad, la normativa impide tocar las áreas adyacentes al mar.

"Nosotros no estamos contra el desarrollo, pero queremos un desarrollo justo. Hay que lograr justicia y no echar a todo el mundo de su tierra y proteger los derechos de unos pocos a ganar cada vez más dinero", agregó Sharma.

Él y otros responsables de la marcha consultados ayer por Efe preveían que esta no alcanzaría Delhi, y vaticinaban que la organización -ligada al movimiento "sintierra" brasileño- llegaría a un acuerdo con el Gobierno, como finalmente sucedió hoy.

De acuerdo con distintos medios, los campesinos han comenzado a retornar a sus lugares de origen desde Agra, donde las autoridades pusieron a su disposición servicios ampliados de trenes.

Según Ramesh, las reformas de la tierra deben ser implementadas por las regiones del país, que mantienen una considerable autonomía y hasta ahora se han mostrado reticentes a poner en práctica reformas integrales de la tierra.

El Ekta Parishad maneja estadísticas según las cuales entre el 17% y el 22% de la población india carece de tierras, es decir, entre 206 y 266 millones de personas; y un 9% del total (108 millones) ni siquiera tiene "una vivienda digna".

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