Un 8 % de los pacientes españoles tienen infecciones contraídas en hospitales

  • Entre el 7 y el 8 por ciento de todos los pacientes hospitalizados en España tienen infecciones nosocomiales (contraídas en el medio hospitalario), según se ha dado a conocer hoy en Murcia durante el congreso nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Murcia, 20 nov.- Entre el 7 y el 8 por ciento de todos los pacientes hospitalizados en España tienen infecciones nosocomiales (contraídas en el medio hospitalario), según se ha dado a conocer hoy en Murcia durante el congreso nacional de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).

Según ha explicado Emilio Bouza, catedrático-jefe de Servicio de Microbiología Clínica y Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario Gregorio Marañón, las principales infecciones nosocomiales son las urinarias, normalmente asociadas a sondas vesicales, la neumonía adquirida en el hospital, la infección de la herida quirúrgica y la bacteriemia asociada a catéteres endovasculares.

En la actualidad, uno de los principales problemas en el abordaje de estas infecciones deriva de la resistencia a los antibióticos.

Un hecho que supone "un problema gravísimo", ya que hay bacterias multirresistentes que lo son a los principales grupos de antibióticos disponibles para su tratamiento, de modo que sólo quedan "antibióticos marginales o bastantes tóxicos y mal tolerados para su uso", afirma Bouza.

"El mal uso de antibióticos y la transmisión de esas bacterias entre pacientes, dentro y fuera de las instituciones sanitarias, son los factores clave que influyen en esta resistencia", ha añadido.

Para Bauza, la primera medida a tomar para reducir la actual resistencia a antibióticos sería modernizar las técnicas diagnósticas en los departamentos de Microbiología para que se disponga en más ocasiones de la identidad de un microorganismo causal en menos tiempo.

"Ello implica sustituir muchas técnicas clásicas de diagnóstico por procedimientos ya disponibles no basados en el cultivo", ha agregado.

Además implica la implantación de programas de reducción del mal uso de antimicrobianos, dirigidos por equipos multidisciplinares y aceptados por los facultativos que prescriben y por una población más concienciada del problema que supone este mal uso.

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