Un condenado a muerte en EEUU alega obesidad para retrasar su ejecución

Se llama Ronald Post y está condenado a pena de muerte en el estado de Ohio (EEUU). Post asesinó a una recepcionista de un hotel hace casi 30 años y le condenaron a la pena máxima por inyección letal. El recluso pesa más de 218 kilos,y es su mejor baza para tratar de evitar la justicia estadounidense.

El principal argumento que Post esgrime para posponer su ejecución es su peso. Afirma que el acceso a sus venas podría ofrecer graves complicaciones en el proceso. De hecho, si se confirma la tesis del condenado, las autoridades del estado de Ohio no respetarían la octava enmienda de la Constitución de EEUU: "No se requerirá fianza excesiva, ni se impondrán multas excesivas, ni se inflingirá castigo cruel e inusitado".

Además defiende que la butaca en la que se practican las penas no está preparada para alguien de sus dimensiones, explica newser.com.La ejecución del reo está prevista para el próximo 16 de enero, pero los abogados creen que se cambiará la fecha. Pero antes tendrán que probar que debido a las circunstancias físicas de Post, la muerte por inyección letal podría ser lenta y dolorosa.

¿Pentobarbital sí o no? La cuestión sigue sin aclararse en EEUU. Hay sectores que mantienen que la muerte por inyección es dolorosa para los reos. Uno de los mayores opositores al método es Human Rights Watch. En un informe aseguran que la inyección letal conlleva un "riesgo innecesario de dolor atroz durante las ejecuciones".

Pocas esperanzas. Hace cuatro años, una corte federal rechazó una petición similar. Aquella vez el preso no superaba los 120 kilos. Habrá que esperar para saber si 100 kilos más pueden salvar la vida de Post por haber asesiado a Helen Vantz a tiros, un suceso que conmocionó a los vecinos de Elyria (Ohio). Desde la prisión no han querido hacer comentarios al respecto.