Un ertzaina dice que el asesino de Yasmín sabía lo que hizo y lo justificaba

  • "Comprendía lo que había hecho" y además "lo justificaba", con esta contundencia ha descrito hoy el estado de ánimo del presunto asesino de Yasmín Rodríguez el ertzaina que se hizo cargo de su custodia tras el crimen, ante quien el acusado reconoció ser el autor de la muerte y de la agresión a Juan Pablo Urtizberea.

San Sebastián, 25 ene.- "Comprendía lo que había hecho" y además "lo justificaba", con esta contundencia ha descrito hoy el estado de ánimo del presunto asesino de Yasmín Rodríguez el ertzaina que se hizo cargo de su custodia tras el crimen, ante quien el acusado reconoció ser el autor de la muerte y de la agresión a Juan Pablo Urtizberea.

La declaración de este agente ha sido el testimonio más destacado de los prestados hoy en la tercera jornada del juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Gipuzkoa por la muerte de esta ciudadana colombiana presuntamente acuchillada en el cuello por su marido, del que estaba separada, y las graves heridas que sufrió el ciudadano Juan Pablo Urtizberea, al ser apuñalado en el abdomen y la espalda, la madrugada del 9 de mayo de 2009 en Irun.

La intercesión Urtizberea en favor de Yasmín en este episodio de violencia machista otorgó gran repercusión al caso por su similitud con el de Jesús Neira, quien resultó gravemente herido el 2 de agosto de 2008 y entró en un coma, del que más tarde despertó, tras ser agredido por Antonio Puerta, a quien el profesor había recriminado por maltratar a su pareja.

Al igual que la mayoría de la docena de agentes de Policía que han declarado hoy en la Audiencia Gipuzkoana, al ertzaina que custodió al acusado le llamó "mucho" la atención la "frialdad", la "naturalidad" y el "aplomo" que mantenía éste instantes después de cometer el crimen, algo que le dio pie a preguntarle por lo ocurrido.

Según este agente, el encausado le respondió "con absoluta tranquilidad", con "mucha calma" y mirándole a la cara: "a ella le he cortado el cuello, al otro no sé si le he dado porque había mucho jaleo". "Sé que me he arruinado la vida -continuó impasible el procesado-, pero he hecho lo que tenía que hacer, porque me lo había hecho pasar muy mal y al otro le he dado porque se metió" por medio.

Así lo ha recordado el testigo, quien ha descartado además tajantemente que el procesado se encontrara bajo el efecto del alcohol porque no tenía síntomas, "no olía, ni balbuceaba, ni tenía los ojos rojos", algo en lo que han coincidido la mayoría de los policías que tuvieron contacto con el acusado tras el crimen.

Junto a este testimonio, la declaración de otra agente de la Ertzaintza presente en el Hospital del Bidasoa cuando comenzaron a llegar los heridos, ha sobrecogido a los asistentes a la vista.

Esta policía ha recordado cómo el personal de urgencias trabajaba de forma "ajetreada" intentando reanimar a Yasmín, cuando a los pocos minutos llegó gravemente herido a otro "box" Juan Pablo Urtizberea al que se le veían parte de las vísceras que le salían por la herida que había recibido en el abdomen.

La agente ha explicado que los médicos trataban de contenerle los órganos cuando una máquina "empezó a pitar" y los facultativos comenzaron a gritar: "se nos va, se nos va", tras lo que comprobaron que también tenía una segunda herida en la espalda cuya hemorragia había permanecido contenida hasta ese momento por la cazadora de motorista que llevaba.

"Está muy grave, no sabemos si va a vivir" es la última frase que pudo escuchar la testigo antes de que los médicos cerraran las puertas de la estancia donde finalmente lograron salvar la vida al herido.

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