Un exministro disidente será sometido a un tribunal militar en Tailandia

  • Canela Bangkok, 27 may.- El depuesto ministro de Educación tailandés, Chaturon Chaisang, que fue detenido hoy por varios soldados en el club de corresponsales de Bangkok, será sometido a un tribunal castrense por desafiar la ley marcial impuesta por los militares golpistas en Tailandia.

Gaspar Ruiz-Canela

Bangkok, 27 may.- El depuesto ministro de Educación tailandés, Chaturon Chaisang, que fue detenido hoy por varios soldados en el club de corresponsales de Bangkok, será sometido a un tribunal castrense por desafiar la ley marcial impuesta por los militares golpistas en Tailandia.

Al menos media docena de uniformados entraron en la sala de prensa y se llevaron a Chaturon, quien no opuso resistencia y se alejó recordando a los presentes que ya había anunciado que sería detenido en breve.

"Ya anuncié que no me resistiría a que me arrestasen", dijo el exministro ante los numerosos periodistas extranjeros que se afanaban por obtener imágenes del momento de la detención.

"Es bonito que vienen con una sonrisa y yo también les sonrío", dijo un resignado Chaturon, quien tendrá que rendir cuentas ante el Consejo Nacional para la Paz y el Orden, el nombre oficial de la junta militar presidida por el general Prayuth Chan-ocha, jefe del Ejército de Tailandia, que tomó el poder el pasado día 22 mediante un golpe de Estado.

El extitular de Educación decidió comparecer en el club de corresponsales para explicar su insumisión ante las órdenes de los militares a que compareciese en un club militar.

El Ejército mantiene detenidos a decenas de líderes políticos, académicos y periodistas y ha llamado a declarar a más de 200 personas, incluida la ex primera ministra Yingluck Shinawatra, quien permaneció 48 horas bajo arresto.

"Un golpe de Estado no es la solución para los problemas o conflictos en la sociedad de Tailandia, empeorará el conflicto", dijo Chaturon, quien alertó de que la asonada puede traer "más violencia" al país.

"El golpe de Estado es un proceso antidemocrático que la mayoría de los tailandeses no acepta", subrayó.

"Los líderes militares -argumentó- podrían haber elegido otra alternativa desde el principio. La situación no se habría deteriorado y no habría acabado ofreciendo la excusa par dar el golpe si hubieran cooperado con el Gobierno para hacer cumplir la ley y tratar con justicia a todas las partes".

El general Chan-ocha justificó el golpe de Estado para garantizar la paz y el orden después de meses de manifestaciones en las que han muerto 28 personas y más de 800 han resultado heridas.

Chaturon aclaró que no acudió al llamamiento porque no reconoce la autoridad de la junta militar y explicó que, en su experiencia, tras vivir golpes como estudiante, parlamentario y ministro, las personas convocadas por los golpistas siempre acaban detenidas.

Previamente, también predijo que la reunión convocada por los militares para reunir al Gobierno y los antigubernamentales era una trampa para practicar arrestos, tal como ocurrió la semana pasada.

El exministro manifestó que se escondió cuando le llamó la junta militar porque sabía que le iban a detener, pero todo ha cambiado desde que el rey Bhumibol de Tailandia legitimó ayer, lunes, el golpe de Estado y por eso decidió salir a la luz para defender la democracia.

Chaturon opinó que todas la medidas adoptadas por los golpistas desde que tomaron el poder y hasta que recibieron el respaldo del rey son ilegales, y "todos esto se demostrará porque en breve van a aprobar una amnistía para protegerse".

Cientos de opositores se han venido manifestando desde el sábado contra el golpe militar, lo que ha provocado algunas detenciones y forcejeos, aunque sin incidentes serios.

Tailandia ha sufrido 12 golpes militares desde el fin de la monarquía absolutista, en 1932.

La crisis se remonta a la asonada en 2006 contra el ex primer ministro Thaksin Shinwatra, hermano de Yingluck y quien vive en el exilio en Dubai para evitar una condena de dos años por corrupción que le impuso un tribunal en rebeldía.

En esta ocasión, la junta militar ha disuelto el Gobierno y el Legislativo, suspendido la Constitución, salvo las disposiciones de la monarquía, decretado el toque de queda y censurado los medios de información, entre otras cosas.

Mientras que los manifestantes gritan sus consignas contra el Ejército, la mayoría de los tailandeses hacen su vida normal, van de compras y parecen más preocupados por que la cantante Taylor Swift haya suspendido su concierto en Bangkok que por la situación política. EFE

grc-zm/fpa

Mostrar comentarios