Un niño agredido que no va a clase, atrapado entre acusaciones y demandas

  • El caso del niño vigués de once años al que sus padres no envían al colegio desde que fue agredido por un compañero se complica cada día que pasa, sin que se adivine una solución a corto plazo, con las partes, familia, centro y administración, enfrentadas y con acciones judiciales cruzadas.

Jorge Morales

Vigo, 30 may.- El caso del niño vigués de once años al que sus padres no envían al colegio desde que fue agredido por un compañero se complica cada día que pasa, sin que se adivine una solución a corto plazo, con las partes, familia, centro y administración, enfrentadas y con acciones judiciales cruzadas.

El último episodio es la presentación, por parte de los padres del niño, de una demanda por presunto desamparo contra la Xunta, que les ha denegado el traslado de sus hijos a otro centro y, a su vez, les ha denunciado ante la Fiscalía de Menores por supuesto absentismo.

El fiscal ha ordenado un peritaje al niño el próximo 12 de junio para comprobar si su entorno familiar es el adecuado, y en caso contrario podrían retirarle la custodia a los padres, que también han dejado de enviar al mismo colegio, el Santa Cristina de Lavadores, a su hijo menor.

Mientras, la dirección del centro educativo ha demandado al padre, Guillermo Castro, por unos comentarios que realizó en las redes sociales al considerarlos ofensivos y que faltan a la verdad, y éste a su vez ha llevado a los tribunales a los responsables del colegio, a los que acusa de una supuesta omisión de socorro.

Todo comenzó el 13 de marzo, cuando el crío recibió una patada en la entrepierna de un compañero cuando jugaban en el recreo que le produjo una fisura en el glande del que consta un parte de lesiones.

Los padres, que refieren al menos otros dos incidentes en el mismo colegio en los que su hijo fue atendido en urgencias y que la dirección califica de accidentales, se quejan de que el niño estuvo tendido en el suelo más de diez minutos y que regresó por sus medios a clase.

Asimismo, aseguran que la dirección del centro, a pesar de prometerles que iban a expulsar al otro chico, finalmente lo castigaron sin actividades extraescolares ni recreo, y fue a raíz de entonces cuando dejaron de enviarlo a clase y solicitaron el traslado a otro colegio de su hijo y también de su hermano menor.

La Delegación Territorial de Pontevedra ha denegado esta petición al considerar que no se trata de un caso de acoso escolar, porque para ello se debe dar un comportamiento deliberado y de vejación y malos tratos continuado por parte de uno o varios alumnos, según la Ley de convivencia y participación en la comunidad educativa.

En el transcurso de los acontecimientos ha trascendido que los padres del niño denunciaron seis años atrás un episodio similar de acoso en un colegio diferente, el Losada, también de Vigo.

El padre del menor asegura que una profesora de dicho centro pegaba y humillaba a su hijo porque era incapaz de distinguir determinados colores al ser daltónico, dejándolo desnudo cuando se hacía pis o poniéndole un chupete.

La Xunta avala la actuación de la inspectora educativa y de la dirección del Santa Cristina y lamenta que el asunto se haya "politizado" y que haya trascendido a la opinión pública por el "daño" que se le puede causar al niño, algo de lo que acusa directamente a los padres.

Estos han protagonizado diferentes concentraciones y han iniciado campañas para recabar apoyos, entre ellas una de recogida de firmas en internet a través de la web "change.org", e incluso se han dirigido por carta a la Casa Real para solicitar su mediación.

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