Dicen que la mejor forma de aprender es divirtiéndose. Y así es como Simon List, de 11 años, aprendió a construir motores, jugando con las piezas de construcción de Lego.
El chico, joven y espabilado, ha sido uno de los alumnos del curso de verano de cuatro días impartido por la Universidad Lego en la Universidad de Wisconsin-La Crosse (EEUU). En estos programas estivales se busca que los alumnos aprendan conceptos básicos de física e ingeniería construyendo y modificando vehículos con piezas de Lego.
List y sus compañeros empezaron siguiendo las instrucciones para construir cada vehículo y acabaron introduciendo sus propias modificaciones.
"Es mucho más divertido", ha asegurado List, como recoge La Crosse Tribune, tras construir una motocicleta, un coche de carreras y una silla de ruedas motorizada.El programa de estos cursos enfatiza en conceptos de física como las fuerzas y el movimiento y permite a los niños experimentar a través de un juego que, además, les divierte. Los estudiantes construyen dos vehículos por día y después los ponen a prueba en una carrera.
"Es una gran oportunidad para que combinen muchas habilidades útiles para su vida", explica una de sus profesoras, Connie Haag, en referencia a que durante estos talleres los estudiantes deben enfrentarse a la resolución de problemas así como a las dificultades que puedan surgir trabajando en equipo.
Y los profesores aseguran que no pasa mucho tiempo hasta que los niños se atreven a realizar sus propias modificaciones al margen de las instrucciones que se les entregan. Analizan cómo añadir velocidad, equilibrio y hasta cómo mejorar la aerodinámica a través de una rueda u otra. La diversión la encuentran en el trabajo en equipo, buscando juntos una solución para el límite que hayan encontrado.
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