Donde otros veían piedras y árboles, él imaginaba un templo que más tarde materializó. Horace Burgess construyó la autodenominada "casa del árbol más grande del mundo" en una zona boscosa de Crossville, Tennessee (Estados Unidos), y la convirtió en una iglesia.
El sueño comenzó a principios de los 90, cuando el paisajista estadounidense compró parte de la zona para construir lo que había soñado. Dos años trabajó en el proyecto, pero el entusiasmo decayó cuando se quedó sin madera para continuar su tarea. Entonces llegó lo que él mismo denomina como 'el espíritu de Dios', según describe el sitio RoadsideAmerica.
Burgess asegura haber escuchado una voz en su interior: "si me construyes una casa en un árbol, nunca dejaré que te falte el material", y su sueño volvió. El paisajista se ordenó como pastor y retomó el viejo proyecto.
Después de 11 años, Horace Burgess edificó una casa de madera en medio de siete árboles que sirvieron como pilares para la construcción de unos 930 metros cuadrados, que se eleva a casi 30 metros de altura. Todo, sin planos de por medio.
Desde su construcción, la casa ha estado abierta de manera gratuita para todos aquellos que deseen visitarla. Sin embargo, ha sido necesario instalar algunos sistemas de vigilancia para evitar actos vandálicos, que ha sufrido con anterioridad, y para protegerla de la segunda fase de construcción.
"Es solo el principio", dice Burgess. "Quiero regresar y terminarla como se ve en mi cabeza".
El paisajista planea instalar un ascensor, electricidad, calefacción para el invierno e incluso una especie de medidor de salud para subir la "Escalera al cielo" (en referencia a la canción del grupo de rock Led Zeppelin) que lleva al campanario.
Carlos Organista
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