Una operación hispano-afgana permite aliviar la presión de los insurgentes

  • Unidades españolas del contingente ASPFOR XXXI desplegado en Afganistán combinadas con elementos de combate del Ejército de ese país han lanzado ayer y anteayer la operación "Villares", que ha permitido liberar la presión que los insurgentes estaban realizando sobre la ruta Lithium.

Madrid, 4 oct.- Unidades españolas del contingente ASPFOR XXXI desplegado en Afganistán combinadas con elementos de combate del Ejército de ese país han lanzado ayer y anteayer la operación "Villares", que ha permitido liberar la presión que los insurgentes estaban realizando sobre la ruta Lithium.

Según informa el Ministerio de Defensa en una nota, la operación se enmarca en la estrategia que desde el verano se viene desarrollando para mantener la libertad de movimientos y la seguridad de las poblaciones.

En las últimas semanas, los insurgentes estaban llevando a cabo acciones tendentes a dificultar la realización de obras de mejora en la ruta Lithium, la principal vía comercial de la provincia de Badghis, la zona de responsabilidad española, y que se considera de gran importancia para "lograr la articulación del territorio e incrementar la seguridad en la zona".

La operación "Villares" se ha realizado sobre la población de Mamandzai, una de las más conflictivas de la provincia de Badghis y que es además cabecera del valle de Gardak, corredor natural hacia el paso fronterizo de Turusej con Turkemistán y "santuario de las fuerzas insurgentes", según Defensa.

Por parte española han participado en este despliegue dos compañías de paracaidistas de la Bandera "Ortiz de Zárate", que también ha aportado el puesto de mando avanzado, y que han estado apoyadas por una unidad de reconocimiento, otra de ingenieros, un equipo de designación de objetivos del Ejército del Aire y otro de "mentores", que asesoran al Ejército afgano, compuesto por infantes de Marina, militares del Ejército de Tierra y guardias civiles.

El Ejército afgano, por su parte, dirigido en la operación por el general Dawood, jefe de la III Brigada del Cuerpo de Ejército 207, ha organizado elementos de apoyo de combate, como limpieza de rutas, desactivación de explosivos, ingenieros y unidades de artillería, todo ello asesorado por mentores españoles.

En esta operación, por primera vez el Ejército afgano ha llevado a cabo su propio planteamiento, supervisado por militares españoles, y según Defensa "se ha comprobado la capacidad de los batallones de ese país, conducidos por el puesto de mando de la brigada".

Esta capacidad se considera "indispensable" para poder realizar la trasferencia de la seguridad a las fuerzas del Gobierno de Afganistán en la provincia de Badghis.

Como consecuencia de los enfrentamientos armados habidos durante esos dos días, Defensa asegura que "los insurgentes han sufrido dos bajas, confirmadas, otras sin confirmar y dos heridos" mientras que entre las fuerzas españolas y afganas no se han registrado novedades.

"Villares" comenzó con la toma de posiciones de apoyo al amparo de la noche por parte de unidades españolas el día previo al comienzo de la operación, realizadas por varios grupos de entre quince y veinte elementos cada uno con lanzagranadas, ametralladoras y fusiles de asalto.

Al amanecer, las unidades afganas comenzaron las maniobras de reconocimiento y registro de la localidad de Mamandzai, con el fin de reducir la capacidad de acción de la insurgencia, negar la libertad de acción de bandas armadas y "confirmar el sentimiento de la población" hacia las fuerzas del Ejército afgano y de la coalición internacional.

A lo largo de la mañana se unieron varios grupos más de insurgentes, hasta totalizar más de 100 hombres, que continuaron desde diferentes posiciones a las fuerzas hispano-afganas, que respondieron con su armamento de dotación, apoyadas por fuego de mortero y de artillería.

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