Viaje al centro de internet: de tu ordenador a la red global (3/3)

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Lo primero que hay que entender es que la red funciona como un gigantesco hormiguero en el que la información viaja dividida en paquetes y se distribuye en función del tráfico. Cuando mandamos una foto a un amigo, por ejemplo, el no iniciado tiende a pensar que la imagen viaja completa desde nuestra casa hasta la del destinatario, pero lo que ocurre en realidad es bien distinto. La fotografía viaja dividida en no menos de cien paquetes de información que llegan por vías diferentes y desordenados y que vuelven a ordenarse, gracias al protocolo TCP/IP, en nuestro equipo.

Un recorrido tipo de una conexión desde tu ordenador iría desde el punto de acceso de tu edificio (el conocido RITI) hasta las centrales de las operadoras y de ahí a la central telefónica. Además de enlazar a los usuarios (servicio de última milla), las operadoras se conectan entre sí y llegan a los centros neutros de interconexión, que a su vez enlazan a las grandes redes de los denominados Tier 1 (como NTT o Level 3). En la península, las principales conexiones con la red global están en Conil (Cádiz) y Estepona (Málaga), por donde pasan dos de los mayores cables intercontinentales. Otro punto neurálgico, además de los que entran y salen por los Pirineos, son las conexiones desde Lisboa.

A lo largo del día, cada vez que requieres un contenido que se aloja en EEUU, por ejemplo, estos paquetes van y vienen y se recolocan pasando por todo el mundo en menos tiempo de lo que dura un parpadeo. Y buena parte de los datos pasan por los centros neutros, que actúan como un inmenso e inmaterial intercambiador de transportes. 'Internet está tan bien hecha que no depende de un solo lugar ni de una sola empresa que haga las conexiones', asegura Biescas. 'Hay muchas carreteras, cuando una tiene mucho tráfico me voy por otra, esto es lo que hace que internet funcione'.

Estos centros de intercambio neutro son como un aeropuerto en que trabajan muchas aerolíneas. Un viajero (paquete IP) puede venir de Ottawa en dirección a Sebastopol desde distintas vías y al llegar a Madrid se baja del avión de una compañía para montar en el de otra para continuar el trayecto. Los tiempos que tarda la información en cruzar de un punto a otro se llaman tiempos de latencia, y de ellos depende la rapidez de las comunicaciones.

'Nosotros tenemos muy buena latencia porque somos dueños de muchos de los cables submarinos de fibra', asegura Biescas desde Level 3. 'Eso significa que los datos viajan en unos 15-20 milisegundos de Nueva York a Madrid, por ejemplo, 50 milisegundos en el peor de los casos'. Estos tiempos de latencia pueden variar dramáticamente si se entra en una red de cobre o se llega a un lugar remoto. 'Como es lógico', indica Biescas, 'si tienes que llegar a una webcam en una isla de la Polinesia, y además parte del tramo es vía satélite, los tiempos de latencia se disparan'.

Estos centros no solo tienen funciones de conexión y transporte sino también de almacenamiento de datos. En algunos de estos servidores se almacenan buena parte de las fotos que subimos a las redes sociales o los vídeos que vemos en la red. Si accedemos a un contenido, el recorrido de nuestra conexión termina aquí, cuando ves el vídeo o la imagen. Llegarías a 'una esquina de internet', nos dice un técnico de NTT. La demanda de algunos de estos contenidos obliga a algunos proveedores, como las televisiones, a colocar en distintos puntos de la geografía lo que se conoce como CDNs (Content Delivery Networks), lugares donde se almacena una copia local del vídeo que ayudan a evitar saturaciones.

Desde esta pequeña sala de cables, Pedro Prestel ha visto duplicarse la capacidad de la red cada año. Los lunes, esta pequeña sala en un lugar recóndito junto a la N-II es un lugar tranquilo, en el que apenas se oye otra cosa que el murmullo de las máquinas de refrigeración. Pero a medida que avanza la semana empiezan a llegar las incidencias y los pedidos, y los pasillos se llenan de técnicos que recolocan los cables. La crisis, como en todas partes, también ha llegado al corazón de internet. 'Antes se entregaban servicios cada día y ahora todo va más poco a poco', relata Prestel. 'La crisis ha bajado el nivel de crecimiento', concluye, 'pero internet nunca se detiene'.

* Segunda parte:Viaje al fondo de internet: 900.000 km de cable submarino (Videográfico)<< ANTERIOR1 | 2 | 3

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