Un ictus es una lesión cerebral repentina debida a una alteración brusca de la circulación sanguínea, es decir, la sangre no llega correctamente a todo el cerebro. Se trata de una enfermedad muy grave que, actualmente, es la mayor causa de dependencia en adultos, la primera causa de muerte en mujeres y la segunda en hombres.
El tiempo de respuesta es fundamental, ya que un tratamiento precoz disminuye el riesgo de secuelas. Para ello es importante reconocer los síntomas, como la pérdida de fuerza o sensibilidad en un brazo o pierna, la dificultad de hablar o comprender el lenguaje, las alteraciones en la visión, los problemas de equilibrio o la parálisis facial.
Pero no hay que olvidar que, tras haber pasado por un ictus, no hay que bajar la guardia porque haber sufrido uno es “un factor de riesgo” para tener otro ictus. “De ahí la importancia de encontrar la causa etiológica del primer ictus”, explica el jefe del Servicio de Neurología de los hospitales universitarios Ruber Juan Bravo y Quirónsalud Madrid, el doctor Rafael Arroyo.
Los ictus, detalla, se dividen en dos tipos. Por un lado, los hemorrágicos, en los que la rotura de una arteria provoca un sangrado cerebral. “Principalmente están causados por hipertensión arterial, pero también se pueden producir por malformaciones en los vasos del cerebro que hay que diagnosticar y tratar para evitar la aparición de un segundo ictus”, explica el Dr. Arroyo. Por otro lado, están los isquémicos, originados por un trombo que ocluye las arterias e impide el flujo normal de la sangre. En estos casos, por tanto, “es muy importante descartar que haya un fenómeno de formación de trombos en el corazón que sean el origen de cardioembolismos”, puntualiza el especialista.
¿Qué puede hacer un paciente para prevenir un segundo ictus?
Aunque no en todos los casos puede determinarse el origen del ictus, lo más importante para evitar que vuelva a suceder es la prevención secundaria. Esta se basa en llevar a cabo una serie de acciones que se deben realizar tras el primer ictus. De entre ellas hay que priorizar evitar los factores de riesgo como la alta tensión arterial, el colesterol, la glucosa, el sedentarismo, la obesidad y evitar hábitos perjudiciales como el tabaquismo.
“A veces, incluso encontrando la causa y poniendo todas las herramientas de prevención, no somos capaces de controlar al máximo que vuelva a suceder un nuevo ictus. Por eso, con mayor motivo hay que ser muy exigente en el control de los factores de riesgo cerebrovasculares”, insiste el neurólogo.
De hecho, recuerda que el perfil más propenso a sufrir por segunda vez un ictus es, precisamente, el que “no lleva un seguimiento adecuado desde el punto de vista neurológico”. Esto se debe a que, en ocasiones, los pacientes “no son conscientes de la gravedad y de la posibilidad de recurrencia de un ictus”. “Suelen no acudir a consultas de Neurología, no realizan sus revisiones y no se toman en serio los factores de riesgo cardiovascular”, resume el experto.
Avances médicos para evitar un segundo ictus
“En las Unidades de Ictus estamos acostumbrados al manejo del paciente con ictus, con un protocolo muy establecido que se lleva a cabo en muchos hospitales de España”, detalla el Dr. Arroyo. Del mismo modo, incide: “Existe un protocolo muy claro porque sabemos que el tiempo es cerebro”, haciendo referencia a la importancia de una atención inmediata para minimizar los efectos del ictus.
Sin embargo, aunque en la parte aguda de la enfermedad la actuación médica suele ser muy veloz, reconoce que, en ocasiones, las necesarias revisiones tras padecer un ictus no se realizan. “Hay que recordar que es muy importante realizar las revisiones periódicas de un paciente que ha pasado un ictus para evitar la recurrencia del ictus”, recalca el jefe del Servicio de Neurología de los hospitales universitarios Ruber Juan Bravo y Quirónsalud Madrid.
Investigación
Conscientes de la importancia de esta prevención secundaria para evitar que el ictus se repita, la recientemente creada Unidad de investigación clínica neurológica puesta en marcha en el Hospital Universitario Ruber Juan Bravo se encuentra actualmente inmersa en un ensayo multicéntrico internacional para la prevención secundaria, en el que participan los principales centros de todo el mundo en el manejo del ictus.
En concreto, explica el Dr. Arroyo, este ensayo multicéntrico analiza la prevención secundaria por medio de anticoagulantes que, unidos a los tratamientos ya existentes, puedan prevenir mejor la aparición de un segundo episodio de ictus. “Hemos abierto un protocolo internacional donde participan grandes centros del mundo especializado en ictus, en el que ofrecemos a pacientes tratamientos avanzados que ya se encuentran en un estadio de investigación avanzado (fase III) porque creemos que este tipo de fármacos pueden prevenir mejor la aparición de un segundo ictus que los fármacos que tenemos en la actualidad”, adelanta el especialista de los hospitales universitarios Ruber Juan Bravo y Quirónsalud Madrid.
REALIZADO POR ALAYANS STUDIO
Este contenido ha sido elaborado por ALAYANS STUDIO, unidad Branded Content de Henneo.