En las consultas de dermatología españolas es muy frecuente atender a pacientes que acuden por exceso de sudoración en axilas, manos y pies. Aunque este problema de salud no conlleva riesgo físico, sí puede causar malestar emocional. En su día a día, los afectados por la hiperhidrosis se ven obligados a utilizar ropa específica y este problema les condiciona en el plano social, sintiendo reparo al saludar o dejando de acudir a ciertos lugares, con su consiguiente efecto negativo en la autoestima.
Esta afección, además de localizarse en las axilas, puede presentarse en manos, pies, cuero cabelludo o incluso de forma generalizada en todo el cuerpo. El sudor es la respuesta del organismo para enfriar la temperatura corporal cuando aumenta. Por ello, se padece hiperhidrosis local o general cuando se suda más de lo requerido para regular el calor.
El dermatólogo especialista en Oncología, cirugía dermatológica y tricología de Ruber Internacional Pedro Rodríguez Jiménez indica que, en ocasiones, “la causa puede ser una infección o un linfoma”. No obstante, en la mayoría de los casos se trata de una “alteración idiopática” o, dicho de otro modo, se desconoce la causa específica y ocurre sin un motivo claro.
Un nuevo y eficaz tratamiento
En la actualidad, los dermatólogos cuentan con las herramientas necesarias para garantizar tratamientos eficientes, tales como desodorantes, antitranspirantes, bótox y oxibutina oral. Los pacientes más afectados pueden recurrir a la cirugía. No obstante, el tratamiento que está marcando la diferencia y presenta mejores garantías en los últimos años es la tecnología de las ondas microondas.
El jefe de la Unidad de Dermatología de la Clínica Dermatológica Internacional (CDI), Ignacio Sánchez-Carpintero, señala que, a través del efecto térmico que se lleva a cabo con este método, se consigue “eliminar las glándulas responsables de estas sudoraciones y del mal olor”. Esto permite a los pacientes estar menos condicionados en sus “actividades laborales, familiares y personales”, añade.
“Gracias a su efecto térmico se eliminan las glándulas responsables del sudor y el mal olor”
Actualmente existe un dispositivo con un uso más frecuente en la hiperdrosis axilar, que elimina a través de calor las glándulas sudoríparas y apocrinas –las responsables del mal olor–. El tratamiento se realiza “en una o dos sesiones, con anestesia local y con un efecto permanente en el paciente” y las ondas microondas “no suponen ningún perjuicio físico en el individuo, puesto que se trata de un tipo de radiación no ionizante e inofensiva para el ser humano”, agrega el doctor Pedro Rodríguez.
Fiable e indoloro
Ambos profesionales coinciden en que se trata de un método que ocasiona pocas complicaciones. En algunas situaciones, aparece un poco de dolor y de inflamación en la zona axilar, pero “se controla muy bien con ibuprofeno y, habitualmente, en tres días toda esa sintomatología cede”, detalla el jefe de la Unidad de Dermatología de la CDI.
Este dispositivo se aplica en la zona entre la dermis y la grasa, puesto que es donde se presenta más contenido en agua, al ser donde se sitúan las glándulas que producen sudor. Además, elimina selectivamente las células de la capa de la piel. Así, no solo se acaba con los efectos de la hiperdrosis, también se disminuye el mal olor o la bromidrosis.
Este método elimina selectivamente las células de la capa de la piel
El tratamiento dura aproximadamente una hora y los efectos se empiezan a ver desde el primer día. Llega a disminuir “en torno a un 80% de la sudoración y del mal olor de los pacientes”, afirma Ignacio Sánchez-Carpintero. Asimismo, se trata de una técnica “muy segura, además de muy eficaz clínicamente”, con un “grado de satisfacción muy alto y que soluciona el problema”. Con más de 700 pacientes tratados con éxito, se ha comprobado que sudan la mitad de lo que exudaban anteriormente tras solo una sesión.
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