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José Manuel Revuelta, director de Infraestructura y Redes de Endesa.
José Manuel Revuelta, director de Infraestructura y Redes de Endesa.

Elena Buenavista

José Manuel Revuelta (Endesa): “La electricidad, que ahora supone un coste para el consumidor, puede llegar a ser un ingreso”

El director general de Infraestructura y Redes de Endesa pone el foco en los beneficios de la digitalización de las redes y la electrificación de distintos ámbitos de la economía de cara al usuario final.

Los coches eléctricos, el autoconsumo y la descarbonización son temas de actualidad. Inmersos en plena transición energética, existe un elemento, muchas veces olvidado, que juega un papel vital: las redes eléctricas.

Existe todo un mundo detrás de un gesto tan simple como encender un interruptor. Un trabajo complejo, con muchos agentes implicados, que no deja de actualizarse para ofrecer un servicio imprescindible en un contexto cada vez más dinámico y complejo.

José Manuel Revuelta, director general de Infraestructura y Redes de Endesa, explica la situación actual y adelanta los avances y el papel del consumidor en las redes eléctricas del futuro.

Pregunta: ¿Cómo funciona una red eléctrica?

Respuesta: La red eléctrica permite llevar la energía desde donde se produce a donde se consume. Además, tiene una serie de características especiales que debe cumplir, porque la electricidad, al contrario que otros elementos, de momento no se puede almacenar, por lo que siempre debe existir un balance, prácticamente instantáneo, entre lo que se consume y lo que se produce.

Al ser un servicio esencial, tiene que contar con elementos de gran fiabilidad: cada una de las líneas tiene una capacidad determinada, así que se debe distribuir una red muy extensa para llegar a todos sitios. Todo esto convierte a la red eléctrica en un sistema bastante complejo.

P.: ¿Qué papel juegan estas redes en el funcionamiento de un país como España?

R.: La electricidad es cada vez más esencial dada la transición energética que estamos viviendo. En este contexto, las redes son un elemento facilitador fundamental para el transporte y la distribución de la electricidad. Es algo importante, que está un poco escondido: muchas veces no nos damos cuenta de la infraestructura detrás del acto de encender un interruptor.

Frente a esta realidad, algunos datos: Endesa tiene 315.000 kilómetros de trazado de línea, el equivalente a dar ocho vueltas a la circunferencia de la Tierra, además de 130.000 centros de transformación, lo que puede darnos una idea de lo compleja que es la gestión. Teniendo en cuenta que tenemos un 43% del mercado, si multiplicamos por algo más del doble, tendremos la dimensión de la red en España.

P.: ¿Qué función tiene esta red?

R.: Transmite un bien esencial que aporta bienestar, además de estar muy ligada a la productividad. Si existe una buena red, con calidad, la productividad de las industrias se ve beneficiada, de forma que atrae a ciertos tipos de industria allí donde la calidad es buena.

Por otro lado, se genera mucho empleo, incluso en zonas rurales, porque la red está diseminada por todo el territorio, por lo que tiene una aportación muy relevante. 

José Manuel Revuelta, durante la entrevista en la sede de Endesa.
José Manuel Revuelta, durante la entrevista.

Elena Buenavista

P.: El panorama energético se está transformando debido al aumento de generación de energías renovables, el avance del coche eléctrico, el autoconsumo… ¿cómo afecta esto a la red eléctrica?

R.: Afecta de una forma muy importante. Estamos acostumbrados a un esquema tradicional, de grandes centrales que vertían su energía a las líneas de transmisión, que se transferían a un nivel menor a la entrada de las ciudades y a la baja tensión para cada hogar.

Frente a este panorama bastante lineal, los nuevos agentes que mencionas hacen que la generación surja en cualquier sitio: el consumidor pasa a ser también productor si cuenta con algún tipo de autoconsumo, como paneles, y se abre un mundo nuevo con el vehículo eléctrico, donde una solución de transporte se convierte también en una solución energética, que permite cargar energía barata y verterla a la red cuando es cara, abriendo posibilidades de negocio interesantes para el consumidor. Esto cambia completamente el panorama, y la responsabilidad del gestor de red es aún más relevante, porque tiene que afrontar muchos retos a raíz de este cambio.

P.: ¿Qué nuevas necesidades surgen en las redes con este cambio de paradigma? ¿Cuál es su papel en esta revolución?

R.: Con el cambio de modelo energético, basado en la descarbonización y la electrificación de la economía, aparece una necesidad de redes mayor y se refuerza su carácter esencial. Por lo tanto, tienes que ser más fiable y eficiente, ya que la electricidad será cada vez más relevante para las personas.

Además, tienes que ser capaz de estar preparado para aceptar cualquier demanda o generación que venga a tu red; el Plan Nacional de Energía y Clima apunta a que, de cara al año 2030, existirán cinco millones de vehículos eléctricos, y habrá que hacer frente al funcionamiento de todos ellos, además de multitud de servicios adicionales. Para hacerle frente, existe un gestor de la red que será el encargado de monitorizarla, dar los datos y la información adecuada y aportar fiabilidad a aquellos que la utilizan, tanto a comercializadores como a usuarios finales, para que encuentren toda la potencialidad que tiene. En definitiva: hay muchísimos avances que tendremos que encarar.

P.: Son muchas las incógnitas que se presentan sobre el futuro de estas redes eléctricas. ¿Están preparadas, por ejemplo, para los fenómenos meteorológicos, cada vez más frecuentes y adversos?

R.: Hay que estar alerta. Existe, en primer lugar, una cuestión preventiva: tenemos que adaptar nuestras redes para que sean más robustas y flexibles, para hacer frente a estos eventos, además de prevenir lo que va a venir.

Para ello, juegan un importante papel las nuevas herramientas digitales. Antes existía una previsión meteorológica, pero ahora se dan una serie de datos que te indican qué nivel de afectación va a tener la red. Esto hace que puedas anticiparte para estar preparados en los puntos donde pueda existir algún problema, incluso si existen situaciones que imposibiliten los desplazamientos.

Por otro lado, existe una automatización creciente de la red, con telemandos que permiten que, desde un centro de control, se pueda limitar al máximo el impacto de las averías para afectar al menor número de gente posible, y que incluso permiten una reparación sin necesidad de desplazamiento. Son dos grandes ejemplos de los avances de digitalización que estamos llevando a cabo.

"Las nuevas herramientas digitales juegan un importante papel en la gestión de las redes eléctricas"

P.: El volcán de La Palma ha sido un ejemplo clarísimo de fenómeno adverso. ¿Cómo ha sido el reto de mantener en estas circunstancias un servicio esencial como es la luz?

R.: Ese caso ha sido paradigmático: una afectación donde se juntan todos los eventos que hacen compleja la gestión de una crisis.

En este sentido existía el problema de la lava, con un poder muy destructor e impredecible. La red en La Palma está compuesta por un anillo y dos líneas transversales que la refuerzan; el volcán estaba, precisamente, en una de esas líneas y afectó también al anillo. Se ha hecho frente a la lava, y también las cenizas, que pueden causar averías. Además, se sumaban los problemas con la calidad del aire, lo que imposibilitaba que los técnicos se acercasen a la zona; y la necesidad de apoyo reforzado para activar las desaladoras y el bombeo de agua necesario para mantener la actividad agrícola, lo que hacía que el suministro eléctrico fuese totalmente esencial.

Para solventar la situación, se desplazaron distintos grupos, con hasta 40 personas trabajando en la isla en una inspección permanente de posibles eventos. Ha sido un despliegue importantísimo para intentar que la crisis afectase lo mínimo al suministro.

P.: Con el volcán ya apagado, ¿cómo se afronta la reconstrucción?

R.: Es otro reto importante, puesto que las personas que vuelvan a su casa querrán tener el suministro eléctrico igual que antes, y no debe ser un impedimento para esa vuelta. Tenemos que ser muy rápidos en la reconstrucción, algo que se posibilita porque existe un plan permanentemente actualizado, preparado y con material listo para la instalación.

Además, es especialmente importante la colaboración con las administraciones, porque las redes tienen que atravesar zonas afectadas, acompañando a los caminos que se creen. Esto se realiza mediante una planificación muy detallada, con todo el material desplazado y los medios humanos implicados al máximo. Existen 140 kilómetros de red afectados, con unos 1700 apoyos, por lo que es una operación bastante importante. 

José Manuel Revuelta, en la sede de Endesa.
José Manuel Revuelta, en la sede de Endesa.

Elena Buenavista

P.: Todos los negocios están ahora hablando de digitalización. ¿Es un proceso que también afecta a las redes? ¿Qué se está haciendo en este sentido? ¿Para qué?

R.: Por supuesto, la digitalización ha sido un gran apoyo en toda la transformación del sector. Las redes, como hemos dicho antes, no van a ser solo un suministrador o un facilitador, sino que jugarán un papel de monitorización, de automatización y de apoyo en los nuevos desarrollos.

Un ejemplo: el mantenimiento preventivo. Antes, se realizaba un mantenimiento fijo y uno correctivo cuando existía un problema; ahora, todas las señales que van llegando, gracias a la ayuda de la Inteligencia Artificial y los sensores, permiten realizar un mantenimiento avanzado que se traduce en la reducción del correctivo y del número de averías.

Otro ejemplo. A la hora de construir, hoy en día podemos aplicar técnicas BIM, en 3D, que permiten simular todo lo que se va construyendo, y tener una trazabilidad de todos los materiales desde el principio hasta el fin de su vida útil. También existe el gemelo digital: es posible digitalizar toda la red y "meterla” en un ordenador. Esto nos permite, por ejemplo, comprobar dónde está cada elemento y realizar simulaciones.

En la recuperación de averías, un sistema llamado LARS permite detectarlas automáticamente y reconfigurar la red para minimizar el efecto en los clientes. En realidad, son muchos los ejemplos de herramientas digitales que facilitan, de una u otra forma, la gestión de la red, aportando eficiencia y fiabilidad al consumidor final.

Hay algo importante: cuando hablamos de digitalización, debemos tener claro para qué se realiza. Dado que el despliegue es complejo, hay que estar seguro de que los elementos que se introducen cubren una necesidad y tienen un beneficio concreto.

"Cuando hablamos de digitalización, debemos tener claro para qué se realiza, conocer su beneficio concreto"

P.: Hemos hablado de todo lo que se ha hecho para modernizar las redes, y de todo lo que queda por hacer. Todo esto, ¿cuánto cuesta? ¿Y quién lo paga?

R.: La actividad de distribución, que gestiona las redes de distribución, se financia a través de un porcentaje de la factura que paga el consumidor final. Aunque varía, suele estar en torno al 15 o 20% en el caso de usuarios domésticos.

La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) conoce toda nuestra información y fija la retribución que nos corresponde a través de ese porcentaje, ya que se trata de una actividad regulada.

Entre 2022 y 2024, Endesa invertirá en torno a los 2.900 millones de euros en la red de distribución. Esta cantidad es importante, pero hay que darse cuenta de la enorme dimensión de la red: debemos estar preparados para construir una red flexible, porque no podemos fallar en un suministro esencial como es la electricidad. Tenemos que estar preparados de forma permanente para lo que hay y para lo que venga.

P.: ¿Es el consumidor partícipe en estas mejoras?

R.: Por supuesto. Toda nuestra actividad se realiza pensando en el cliente final, por lo que toda nuestra inversión debe redundar en términos de fiabilidad, una mejora de la calidad para el cliente, un aumento de la eficiencia y una necesidad de aportar información para que éste sepa, por ejemplo, dónde están las averías que pueden afectarle, para que tenga disponible y actualizada la información sobre su factura y para que pueda acceder a canales de comunicación que anticipen sus necesidades. Además, debemos prepararnos para que lo que ahora es un coste para él pueda ser también un ingreso con la introducción de la generación doméstica y del coche eléctrico.

P.: ¿Hay riesgos de sufrir un gran apagón?

R.: No hay ninguna razón objetiva, ni razonable, para pensar que puede haber un apagón. En España, tenemos la suerte de contar con una red muy robusta y bien preparada, además de unos profesionales perfectamente conocedores de su labor, tanto en Endesa como en el resto de las empresas distribuidoras y transportistas.

Creemos que tanto el sistema eléctrico como el de gas, que es complementario, son suficientemente robustos, por lo que no da pie a ningún tipo de especulaciones. Además, nosotros realizamos permanentemente una serie de simulacros para estar preparados si surge cualquier problema: existen muchos mecanismos para prevenir cualquier emergencia, y el sistema está en muy buenas manos. 

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