Los enrojecimientos de la piel, la descamación, las erupciones o los pruritos son síntomas muy molestos para quien los padece. La dermatitis atópica es un trastorno cutáneo crónico que puede ocasionar estos malestares. Personas de todos los grupos de edad son susceptibles de sufrir esta afección, desde niños pequeños hasta adultos que, a causa del estrés, desarrollan esta afección.
Esta complicación en la piel puede obedecer a una barrera cutánea deficiente, a genes hereditarios o a factores ambientales que dañan la epidermis como la aplicación de algunos jabones concretos, un ambiente seco o la acumulación de ácaros, entre otros factores. “Los síntomas van desde una simple piel seca a un picor intenso, sobre todo durante la noche”, explica la jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Universitari Sagrat Cor, la Dra. Montse Salleras.
Además, y con independencia de la edad, los pacientes de la dermatitis atópica pueden sufrir placas rojas en diversas áreas del cuerpo y piel engrosada, agrietada o escamosa: “En ocasiones aparecen pequeñas protuberancias que supuran y forman costras al rascarse y que son indicador de que la dermatitis probablemente se ha infectado, debido al rascado de la zona”, indica la especialista.
“En ocasiones aparecen pequeñas protuberancias que supuran y forman costras”
Muchos de los casos de dermatitis atópica vienen heredados por la carga genética. En otros tantos, este trastorno cutáneo se desarrolla a causa de factores más relacionados con nuestros hábitos, con productos químicos que nuestra epidermis no puede soportar o con prendas de vestir que exigen demasiado a la capa más superficial de nuestra piel.
Lociones y rutinas
“Se pueden prevenir los efectos de esta afección o reducir los mismos siguiendo pautas muy sencillas en nuestra rutina”, afirma la Dra. Salleras. Por ejemplo, “el picor intenso, la piel engrosada, las erupciones y las costras fruto de la dermatitis atópica y del rascado de la zona afectada pueden evitarse aplicando cremas y lociones que mantengan la humedad con una periodicidad mínima de dos veces al día”.
El agua muy fría o muy caliente y los cambios bruscos de temperatura son enemigos directos de las pieles más delicadas. Por eso, la doctora aconseja “limitar los baños o las duchas a un máximo de 10 minutos y utilizar agua tibia”, así como “no frotar ni secar la piel enérgicamente y secarla con suaves toquecitos con una toalla suave”.
Se recomienda “no frotar ni secar la piel enérgicamente y secarla con suaves toquecitos con una toalla suave”
Por el contrario, sí se recomienda emplear geles de baño suaves para evitar secar la piel. Una vez duchados, la doctora Salleras sugiere “aplicar las cremas con la piel húmeda” en las zonas afectadas por la dermatitis atópica y no esperar a que nos sequemos.
Tejidos confortables para pieles irritadas
El algodón y el lino son dos de los aliados para las pieles irritadas o afectadas por este tipo de afección. Igualmente, se recomienda vestir prendas cómodas y confortables para evitar que la piel esté sujeta a más presión de la que no pueda soportar. Asimismo, si se padece dermatitis atópica, la jefa del Servicio de Dermatología del Hospital Universitari Sagrat Cor recomienda “lavar la ropa antes de usarla por primera vez” para evitar que sufra la epidermis.
Se aconseja “lavar la ropa antes de usarla por primera vez”
Por otra parte, son convenientes los baños de sol, puesto que suelen contribuir al curso clínico de la dermatitis atópica siempre que no activen la sudoración. “Ducharse inmediatamente después de nadar en la piscina para retirar los productos químicos que pudieran ser irritantes para la piel” y “evitar el estrés” son otras directrices a seguir en caso de sufrir esta patología, indica la Dra. Salleras. No obstante, señala la especialista, se deberá acudir a consulta del dermatólogo si la afección no mejora con remedios caseros tipo emolientes, si se presentan signos como los descritos o si empeoran los síntomas.
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