EN COLABORACIÓN CON QUIRÓNSALUD
La mayoría de estos tratamientos no están cubiertos por los seguros médicos.
La mayoría de estos tratamientos no están cubiertos por los seguros médicos.

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También es posible tratar las lesiones del acné cuando ya eres adulto

La edad, el grado de afectación o si el acné sigue activo son parámetros a tener en cuenta en consulta.

El número de personas afectadas por el acné en la población general española es mayoritario entre el grupo etario comprendido entre los 12 y los 25 años, aunque puede afectar a personas aún más mayores. Según la cantidad de forúnculos, la edad del paciente o si el afectado sufre acné activo, las cicatrices que permanecen en la piel pueden requerir de un tratamiento médico u otro.

Las cicatrices derivadas del acné facial exigen en gran parte de los casos de un tratamiento especializado para que el resultado sea óptimo. Además, los cosméticos domiciliarios suelen resultar insuficientes para aliviar las marcas en la piel: “El plan de tratamiento se establece en la consulta y se individualiza según el paciente, el acné y el tipo de cicatrices que se desarrollan, entre otros factores”, explica especialista dermatóloga del Hospital Quirónsalud Valle del Henares, Ana Rita Rodrigues.

La consulta permite una valoración médica en la que el dermatólogo explora la superficie cutánea facial para identificar los tipos de cicatrices de acné que presenta el paciente y para determinar qué tratamiento y qué técnicas son las ideales para cada uno.

Para ello, se tienen en cuenta factores como “la cantidad y tipo de cicatrices, edad del paciente, foto tipo, presencia o no de acné activo, circunstancias laborales o personales del paciente, expectativas con el tratamiento, entre otros”, detalla la especialista.

“En consulta se tienen en cuenta factores como la expectativas de tratamiento, la cantidad y tipo de cicatrices o la presencia o no de acné activo”

Las expectativas que debe tener el paciente no dependen únicamente de estos aspectos. Es esencial que el afectado conozca que la mayoría de estos tratamientos requieren más de una sesión y se realizan fuera de la época estival. Asimismo, algunos requieren un pequeño periodo de recuperación, “aunque con técnicas de maquillaje y foto protección, el paciente puede hacer vida normal”. Además, algunos de estos tratamientos eliminan la textura irregular de la piel y otros hacen que se suavicen las cicatrices.

Técnicas ajustadas al paciente

Teniendo en cuenta las necesidades del paciente, la valoración clínica apuntará a un plan personalizado. Normalmente, si el acné sigue activo, se debe afrontar un tratamiento médico para controlarlo y disminuir el proceso inflamatorio. De esta forma, se reducirá la aparición de nuevas marcas y cicatrices.

Sin embargo, no siempre podrá tratarse el afectado si el acné está activo: “Algunos tratamientos se pueden realizar mientras tratamos el acné, mientras que otras técnicas tendrán que posponerse para después de terminar el tratamiento médico”, afirma la experta.

Una de las opciones a barajar es el peeling químico consiste en la aplicación de una sustancia química que pone en marcha un proceso de renovación de las capas superficiales de la piel. La potencia del peeling puede ser muy variable en función de la profundidad de las cicatrices existentes y si del acné está activo. En peelings superficiales o de potencia media se suelen realizar entre 3 y 5 sesiones espaciadas entre 2 y 4 semanas.

Los rellenos dérmicos aportan volumen a las cicatrices deprimidas y fomentan la formación de colágeno y elastina para rellenarlas. Normalmente se realiza más de unas sesión y aportan resultados transitorios “que oscilan entre 3 meses y 2 años”, señala la doctora.

Otras alternativas de tratamiento

El tratamiento láser y los tratamientos tópicos son otras opciones a barajar por parte de los profesionales y de los pacientes. En el primer caso, el láser resurfacing trata las cicatrices produciendo un daño que induce la producción de colágeno y elastina en el proceso de cicatrización. Los tópicos, en cambio, se utilizan para complementar a otros tratamientos o en el caso de cicatrices menos visibles. En ocasiones, se recurre a ellos como terapia previa a los peelings químicos.

“El láser resurfacing trata las cicatrices produciendo un daño que induce la producción de colágeno”

Una de las alternativas más interesantes es el microneeling, que consiste en “utilizar dispositivos que incorporan múltiples agujas muy finas y cortas para puncionar la piel donde están las cicatrices, y así romper los tractos fibrosos de las cicatrices e inducir la síntesis endógena de colágeno”, afirma la dermatóloga.

La subcisión (punciones muy localizadas para seccionar los tratos fibrosos), la radiofrecuencia (tratamiento con ondas de radiofrecuencia que minimiza la apariencia de cicatrices) y la dermoabrasión o microdermoabrasión (tratamiento no invasivo que exfolia de forma profunda o suave la superficie cutánea) son otras posibilidades a las que pueden recurrir los pacientes. Especial caso es el tratamiento de cicatrices elevadas o hipertróficas que, a diferencia de los anteriores, se aplica cuando la piel produce colágeno en exceso.

Si ninguna de las alternativas anteriormente mencionadas es efectiva, habría que recurrir a la cirugía: “En casos seleccionados de cicatrices más profundas o de gran tamaño, se puede realizar tratamiento quirúrgico”, indica la doctora, extrayendo la cicatriz o elevándola y depositándola en las capas más superficiales de la piel.

REALIZADO POR ALAYANS STUDIO
Este contenido ha sido elaborado por ALAYANS STUDIO, unidad Branded Content de Henneo.