España regresa a la élite olímpica, pero la gimnasia rítmica es patrimonio ruso

El equipo ruso conquistó este domingo el oro de gimnasia rítmica en modalidad de conjunto en los Juegos de Rio y sumó así su quinto título consecutivo, mientras que el grupo español se llevó la plata, volviendo a un podio olímpico 20 años después de su triunfo histórico.

El bronce fue finalmente para Bulgaria, última en presentarse, forzando un desenlace de alta tensión en el que las chicas ibéricas no pudieron saborear su plata hasta que concluyó la competición y las italianas quedaron excluidas del podio.

"Para nosotras, esto es extraordinario. Es lo que hemos estado buscando durante los últimos 20 años. En Londres acabamos en cuarta posición, nos quedamos solo a un paso del podio", afirmó exultante Alejandra Quereda, la capitana del equipo.

Pese a que el conjunto español acabó la primera rotación, la de cinco cintas, por delante de la todopoderosa Rusia y a ritmo de samba, la gran potencia de la gimnasia rítmica realizó un segundo ejercicio de otro mundo, inalcanzable para el resto de las mortales.

No por nada estos son sus quintos Juegos consecutivos en los que arramblan con los oros individual y por equipos. En Rio estas gimnastas de elegancia glacial y severa disciplina volvieron a recordar al mundo que nadie interpreta mejor que ellas este exigente deporte en la frontera entre la danza, la gimnasia artística y el malabarismo.

Una carrera hacia la perfección donde las reglas obligan a entrar y salir del tapiz con la cabeza alta y la imperfección no se perdona.

Con su doblete del sábado en el concurso individual, cuando las también rusas Margarita Mamun y Yana Kudryavtseva fueron oro y plata respectivamente, el gigante del este de Europa suma diez títulos olímpicos de los 15 que se repartieron desde que la gimnasia rítmica entró a formar parte del programa olímpico en Los Ángeles-1984, y en Atlanta-1996 se añadió la categoría por equipos.

Fue precisamente en aquel estreno estadounidense cuando el conjunto español dio la sorpresa y conquistó su primer, y único, oro en el tapiz, tras la emotiva plata que había logrado Carolina Pascual en Barcelona-1992.

Desde entonces, las chicas ibéricas no habían vuelto a subir a un podio olímpico. Hasta llegar a Brasil.

En Rio, el equipo entrenado por la bielorrusa Anna Baranova culminó una excepcional progresión que comenzó con el cuarto puesto de Londres-2012 y que ya había dado sus frutos en el pasado Mundial, cuando fueron terceras por detrás de una Bulgaria relegada ahora al bronce.

El atrevido sueño de las españolas de asaltar un oro tan inesperado como el de Mamun ayer -beneficiada por sorpresa de un excepcional error con las mazas de la tricampeona mundial Kudryavtseva- había comenzado tras acabar en primera posición la sesión de clasificación del sábado.

Pero antes de aterrizar en un logro que siempre fue el objetivo, aún habría más. El impacable ejercicio de cintas alargó una ilusión que cada vez parecía menos descabellada, después de que las juezas les otorgaran la mejor puntuación de la rotación (17.800), por delante de Bulgaria (17.700) y Rusia (17.600), que cometió una imprecisión en la recepción de uno de los aparatos.

"La verdad es que lo de ayer fue para nosotras una sorpresa total. Claro que luchamos por la medalla, pero nunca pensamos que estaríamos en cabeza. Ahora, esto es maravilloso. Sinceramente, esta medalla de plata sabe a oro", aseguró Quereda.

El orden mundial acabaría restableciéndose, sin embargo, cuando las campeonas saltaron al tapiz para realizar su impecable ejercicio mixto, formado por dos aros y mazas.

Sin lugar para la mínima inexactitud si no querían llevarse un fracaso histórico, el quinteto ruso tiró de sangre fría y clavó una presentación espectacular, que se llevó un estratosférico 18.633, la mayor nota de la final.

Para entonces, el 17.966 de España -a quien le tocó competir primera- daba sólidas garantías para el podio, aunque habría que esperar cuatro eternos ejercicios más hasta que saliera Bulgaria, que se guardó hasta el final la llave de la fiesta española.

Aunque las chicas de Baranova ya volaban disparadas hacia la historia.

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