La Federación Inglesa (FA) ha despedido al ya exseleccionador Sam Allardyce después de que fuera sorprendido explicando cómo saltarse la prohibición de que terceras partes sean propietarias de los jugadores, una práctica tildada de "esclavista" por la FIFA.
"La FA puede confirmar que Sam Allardyce abandona su puesto como seleccionador", señaló la FA en un comunicado. El seleccionador se había hecho cargo del equipo hace dos meses, después de la Eurocopa de Francia 2016 y sólo lo dirigió en un partido, la victoria ante Eslovaquia (1-0).FA chief executive Martin Glenn speaks about the decision to end Sam Allardyce's tenure as @England manager: pic.twitter.com/eOmyxweEs0— The FA (@FA) 27 de septiembre de 2016
Sorprendido con cámara oculta
Allardyce dijo presuntamente a periodistas del Daily Telegraph, que se hicieron pasar por inversores asiáticos, que sortear las reglas sobre la propiedad de terceros "no es ningún problema" y que conocía a agentes que "lo hacen todo el tiempo".
Este sistema, conocido en inglés como TPO (third-party ownership) saltó al primer plano en 2006 con la llegada de los argentinos Javier Mascherano y Carlos Tévez al West Ham de Londres, pero era muy habitual en el fútbol sudamericano hasta su prohibición completa por la FIFA el año pasado.
En el modelo tradicional, los derechos sobre los jugadores son vendidos y comprados por clubes a cambio de un montante en concepto de traspaso. En realidad, los jugadores, sus agentes y clubes anteriores reciben una parte del traspaso, pero la propiedad completa del jugador es de los clubes.No está permitido por la FIFA
Bajo el sistema de terceros propietarios, otra entidad -agentes, empresas, fondos de inversiones- es propietaria parcial o totalmente de los derechos sobre el jugador.
Este sistema fue muy frecuente en las ligas americanas para competir con los todopoderosos campeonatos europeos en un mercado cada vez más globalizado.
Las terceras partes ofrecen sus jugadores jóvenes a clubes de la liga local, prestándoles el jugador y proporcionando apoyo financiero a los clubes, a cambio de una parte de los futuros traspasos.
El sistema ayuda a descubrir talentos en países donde las redes de reclutamiento están poco desarrolladas, explicó Rob Wilson, un experto en finanzas del fútbol en la Universidad británica Sheffield Hallam.
Por ejemplo, "tienes un jugador brasileño que vive en una favela y nunca va a salir de ese entorno", explicó a la AFP. "Alguien lo ve jugar, piensa que será muy bueno, y le dice 'firma conmigo, tendré tus derechos y me aseguraré de que juegues en un club'", añadió.
Los partidarios del sistema aseguran que además ayuda a los clubes más modestos a comprar jugadores, porque sólo tienen que pagar una parte de los derechos.
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