"A dos kilómetros de meta, una moto frenó y Richie [Porte], Mollema y yo nos chocamos con ella. Otra moto chocó con mi bici detrás y se la cargó. Pensé: 'si no tengo bici, tengo que llegar como sea, con o sin bici'", explicó sobre lo sucedido.
En el último kilómetro de la duodécima etapa, en un tramo sin barreras y apenas un hilo de carretera entre la muchedumbre, el líder del Tour se fue al suelo al chocar con una moto de la organización que frenó delante. Al salir corriendo a pie, el británico perdió más de un minuto con el grupo de favoritos, hasta que pudo subirse a una bicicleta.
Froome perdió el amarillo pero la investigación de los jueves le dejó en cabeza finalmente. "Era lo único que me quedaba por hacer, porque mi coche estaba 5 minutos más allá. El Mont Ventoux siempre está lleno de sorpresas, pero esta no me la esperaba. Estoy feliz y agradezco la decisión de la organización y de los comisarios", finalizó.
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