ANA PASTOR (LASEXTA): “ES INCOMPRENSIBLE QUE TERESA PERALES AÚN NO TENGA EL PRINCESA DE ASTURIAS"

- "Es el ejemplo que pongo a mis hijos cuando se habla de esfuerzo y esperanza". La periodista de laSexta Ana Pastor defendió hoy la concesión del Premio Princesa de Asturias de los Deportes para Teresa Perales y consideró “incomprensible” que la nadadora paralímpica aún no haya recibido esta distinción, pese a sus méritos y los valores que encarna.
“Lo extraordinario de una persona como Teresa es que se reivindica como una persona más, una persona más que tiene más medallas olímpicas que ningún deportista de nuestro país”, declaró Pastor a Servimedia sobre Teresa Perales, con quien comparte amistad y con la que participa en proyectos solidarios.
La presentadora de laSexta dice de Teresa que, desde que la vida le cambió a los 18 años, “decidió no conceder ni un minuto al miedo”, y ahora se ha convertido “en el ejemplo que yo pongo a mis hijos cuando hay que hablar de esfuerzo, de trabajo, de esperanza, de empatía...de los valores que quiero que pongan en práctica en su vida”. “Teresa representa el país que yo quiero para ellos. Y por eso, es incomprensible que aún no tenga este premio”, señaló.
Ana Pastor recuerda una de las últimas veces que vio a Teresa. Fue en la estación de Atocha de Madrid. “Nos encontramos por casualidad en uno de los pasillos y nos fuimos a una cafetería a tomar un café hasta que partiera su tren. Ese día, Teresa estaba tratando de impulsar una campaña en favor de la inclusión de personas con diferentes capacidades. Recogía firmas y empleó aquel rato en explicarme por qué era importante apoyar esa causa. Le pareció que no había que perder el tiempo hablando de su próximo reto: nada menos que participar en los siguiente Juego Paralímpicos”.
“Un año antes”, recuerda también Pastor, “tuvimos la suerte de viajar juntas a la India para visitar los proyectos de la Fundación Vicente Ferrer. Y fue allí donde descubrí realmente qué tipo de persona tenía delante. La vi saltar desde su silla al suelo en cada reunión con mujeres de la zona. La vi pelear en silencio contra las hormigas que se subían por sus piernas inmóviles. Cruzó caminos llenos de barro con su silla para ir al encuentro de la sociedad de ese país. Aguantó durante horas y horas sin ir al baño en lugares donde no había aseos adaptados a sus necesidades. No dijo nada en ninguna de esas circunstancias. Se adaptó como una más a todas las situaciones. Es más. Cada vez que mencionábamos su condición de deportista de élite y sus decenas de victorias nadando, ella le quitaba importancia y devolvía el halago dispuesta a hablar de otras cosas que no fueran su exitosa carrera profesional”.

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