Maialen Chourraut, entre la piragua y la buena mesa

Maialen Chourraut, que ganó este jueves el oro para España en la especialidad de K1, es una amante de la piragua y de la buena mesa. Y así, lo recalca en su perfil de Twitter.

Como buena donostiarra, el buen comer es una de sus pasiones. Cuando ganó la plata en los Juegos de Londres-2012, la celebración, ya en casa, llegó en el restaurante de Martín Berasategui, uno de los más afamados de San Sebastián.

Allí, en la ciudad vasca, se inició en el piragüismo cuando tenía 11 años, en el Club Atlético San Sebastián.

Y allí volverá, con 33 años, para celebrar el oro en Rio en una buena mesa. Cuando gana algo, siempre promete a sus próximos una cena.

Y si además invita el conocido chef Berasategui se siente encantada.

"No me gustan mucho las fiestas pero si me ofrecen ir a un buen restaurante, no me lo pienso dos veces", afirmó en una ocasión esta piragüista de apellido francés y de nombre Maialen, que en vasco significa Magdalena.

Pero ahora vive en Seo de Urgell, en los Pirineos catalanes, ya que las condiciones de entrenamiento son mejores.

Precisamente en Seo de Urgell, en el Mundial de 2009, tuvo su primer éxito, con una plata, a la que se unió un bronce en el Mundial de 2011 y otro en los Juegos de Londres-2012, que ahora se ha convertido en un oro en Rio.

Un año después de su plata olímpica, en junio de 2013, nació su hija Ane, que ahora tiene tres años.

El padre de Ane y marido de Maialen es Xabier Etxaniz, el propio entrenador de la flamante medallista.

Su relación con el piragüismo, como demuestra que su marido sea su entrenador, es fuerte.

Dos días antes del parto de Ane estaba todavía entrenando y volvió al agua un mes después del nacimiento de su hija.

Sus éxitos a nivel internacional en el piragüismo comenzaron en 2004, cuando consiguió su primera medalla, la de subcampeona de Europa Sub-23.

A las dos semanas de aquel éxito, se operó del hombro izquierdo por repetidas luxaciones.

Seis meses después, el día previo a competir el Campeonato de Europa, sufrió otra luxación, esta vez del hombro derecho, y volvió a operarse.

Fue una época de mucho sufrimiento que una década después se ha convertido en lo máximo para un deportista, el oro olímpico.

Ahora, con más de 30 años, ya no le queda mucho espacio en el tiempo para nuevos triunfos. La retirada está cerca, pero podrá irse con la satisfacción de un oro olímpico.

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