De Pekín-2008 a Rio-2016, nacimiento y consagración del mito Bolt

Entre los Juegos de Pekín-2008 y los de Rio-2016, pasando por los de Londres-2012, el jamaicano Usain Bolt ha fagocitado el atletismo. Ocho años han bastado para arrasar en las pruebas de velocidad y convertirse en el más grande de todos los tiempos en su deporte.

Bolt, con casi 22 años, llegó con cara de niño a los Juegos de Pekín-2008. El jamaicano ya había dado que hablar por sus actuaciones en juveniles: fue plusmarquista del mundo júnior de 200 m, con 19.93 segundos, y afrontaba su segunda temporada con los grandes.

La primera fue en 2007, y en ella, aunque poca gente se acuerda, fue subcampeón del mundo de 200 y 4x100 en Osaka-2007. Un doblete de plata que fue la antesala del triplete de oro un año después, en el Nido del Pájaro pequinés.

Bolt inició su andadura en Pekín-2008 ganando los 100 metros, con un nuevo récord del mundo (9.69).

El joven Bolt acababa de aparecer en escena para acaparar la atención del mundo durante años.

Los 200 metros fueron una formalidad, con otro récord del mundo (19.30). El relevo 4x100 metros también terminó con una tercer plusmarca planetaria (37.10). Esta última medalla de oro le será probablemente quitada, ya que Nesta Carter, el primer relevista jamaicano, dio positivo tras un reanálisis de la muestra de orina que se le tomó en Pekín.

Cuatro años después, en Londres-2012, Bolt ya era el astro absoluto, el rey mediático. Pero existían dudas, ya que ocho meses antes, en Corea del Sur, Bolt perdió los 100 metros en el Mundial de Daegu-2011, al ser descalificado en la final por una salida falsa.

Y dos meses antes de los Juegos, había sido superado en las selecciones jamaicanas para Londres por el joven Yohan Blake, de 22 años, su compañero de entrenamiento, que representaba la nueva ola y que había ganado en Daegu-2011 el título mundial de 100 metros en cuya final Bolt había sido descalificado.

Pero Bolt se hizo más grande. "Soy una leyenda", proclamó al término de estos Juegos, en los que cosechó un nuevo triplete, con un solo récord del mundo esta vez, el de 4x100 metros (36.84).

La final de los 100 metros de Londres es para muchos la mejor carrera de esta prueba de la historia, con los cuatro velocistas que tenían entonces las mejores marcas de la prueba: Justin Gatlin, Asafa Powell, Yohan Blake y Bolt, y siete finalistas que tenían registros por debajo de los diez segundos en semifinales.

Bolt ganó con un tiempo de 9,63, el segundo mejor crono de la historia y récord olímpico.

En los 200 metros, se impuso con 19,32, entrando delante de Yohan Blake (19,44) y Warren Weir (19,84), con un triplete jamaicano.

Bolt llegó a Rio-2016 con una planificación a medida para llegar en las mejores condiciones a los Juegos brasileños, con pocas apariciones en reuniones de atletismo. El jamaicano estaba envejeciendo y tenía que salvarse de las lesiones, que sin embargo no pudo evitar.

Una lesión muscular el 2 de julio le dejó tres semanas de baja, por lo que llegó a Rio habiendo corrido menos de lo que quería, poco en 100 metros y una sola vez en 200.

En estas circunstancias, tuvo que enfrentarse al estadounidense Justin Gatlin, que dominaba la temporada en 100 y 200 metros, pero ya había pasado lo mismo con el norteamericano antes de los Mundiales de Moscú-2013 y Pekín-2015 y el jamaicano siempre salió airoso, ganando los tripletes de velocidad.

Sin grandes marcas en 100 metros (9,81), 200 metros (19.78) o el relevo 4x100 metros (37.27), Bolt ganó tres nuevos oros en Rio-2016, lo que le ha servido para hacerse inmortal.

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