Abelardo consigue el ascenso a pesar de los problemas económicos y tener la plantilla más joven de la categoría

Abelardo ha logrado un milagro histórico con un Sporting que hoy más que nunca puede presumir de Mareo. Nadie mejor que el asturiano podía llevar las riendas de una plantilla hecha a coste cero donde debían primar los jugadores de la cantera. La directiva lo advirtió a comienzo de temporada. Sólo se podrá fichar si salen jugadores. La delicada situación económica del club obligó al técnico a elaborar una plantilla joven que tenía la ardua afrenta de salvar la categoría. Su experiencia y los años que pasó en la escuela de Mareo deberían ser fundamentales. Nadie era mejor que él realizar una epopeya que acabó en final feliz tras un final dramático en Girona.

Así, ante la imposibilidad de incorporar jugadores, Abelardo tiró del filial y subió al primer equipo a Álex Menéndez, Jony (ha participado en 41 partidos y marcado 7 goles), Pablo Pérez (ha disputado 37 partidos y ha marcado 8 goles), Julio Rodríguez, Carlos Castro (30 partidos y 9 goles) y Dani. Seis jugadores del filial que se han hecho de oro en la categoría de plata de nuestro fútbol. A estos futbolistas se les sumo Juan Muñiz, que había estado cedido en el Mirandés y Pedro Orfila, que había jugado en el Racing de Santander en Segunda División B. Abelardo disponía de una plantilla de 24,3 años de media (la segunda más joven por detrás del Barcelona B) con un valor de mercado de 773 mil euros.

Y desde el primer día se vieron sobre la hierba los conceptos que intentó inculcar Abelardo. Transiciones rápidas, presión y fiabilidad defensiva. Así, el Sporting se convirtió en el primer equipo que superó las primeras 16 jornadas de Liga en segunda sin conocer la derrota en toda la historia de la 2ª División. El conjunto de Abelardo celebró el ascenso en Sevilla tras cuatro meses sin cobrar y después de haber perdido tan sólo dos partidos en toda la temporada. Algo que exigió un esfuerzo homérico. Porque la clave de este ascenso ha sido su gran capacidad para saber defender y sufrir. En los 42 partidos que ha disputado sólo ha encajado 27 goles convirtiéndose así en el equipo menos goleado de la categoría.

"Estoy orgulloso de todos estos chavales, han formado una piña, pero hay que estar preparados para cuando lleguen momentos complicados, y habrá que saber superarlos", advirtió el técnico asturiano al comienzo de temporada cuando parecía que sus jóvenes jugadores se aturdirían en los partidos bravos. El Molinón finalmente tuvo paciencia y el pueril equipo se lo pagó con un ascenso histórico. "Esto es lo más grande que me ha pasado en mi vida", espetó Abelardo bajo un mar de lágrimas. Este ascenso, tres años después de la muerte de Preciado, tiene algo divino. El técnico se ha ganado el cielo y un nombre en el fútbol español.