Acabo la fiesta con récord, pesimismo laboral y ganancias millonarias

  • Dallas (EEUU).- La 59 edición del Fin de Semana de las Estrellas ya forma parte de la historia después de dejar nuevas marcas y confirmar la tradición que establece de que en "Texas todo es más grande".

141-139. Wade, James y Bosh se aprovecharon de la ausencia de Bryant
141-139. Wade, James y Bosh se aprovecharon de la ausencia de Bryant

Dallas (EEUU).- La 59 edición del Fin de Semana de las Estrellas ya forma parte de la historia después de dejar nuevas marcas y confirmar la tradición que establece de que en "Texas todo es más grande".

Así, antes de que llegasen las figuras de la NBA, la ciudad sufrió la mayor precipitación de nieve de su historia con más de 30 centímetros de espesor y miles de personas que se quedaron sin electricidad para ser la otra cara de la moneda de la gran fiesta que concluyó con marca de asistencia en un Partido de las Estrellas.

La histórica nevada, algo poco común en el sur del país, se iba a convertir en el anticipo del pesimismo económico que mostró el comisionado de la NBA, David Stern, quien fue categórico al proclamar ante el sindicato de jugadores la "necesidad" de cambiar el actual sistema económico que rige el convenio laboral.

Datos concretos y escalofriantes fue lo que ofreció Stern a los periodistas y a Billy Hunter, el director ejecutivo del Sindicato de Jugadores, cuando dijo que este año la NBA iba a perder 400 millones de dólares, que se sumaban a los "cientos" de temporadas anteriores.

El sindicato ante la propuesta presentada por Stern respondió con la amenaza de disolverse y presentar ante los tribunales una denuncia contra la liga por violar la ley antimonopolio.

Stern advirtió al sindicato que con la mano tendida y la colaboración estaban listos para comenzar a negociar el nuevo convenio colectivo, con amenazas les recordó que se encontraba en Texas y el refrán popular que no era su primer rodeo.

"Ya he estado en al menos 10 y nada me impresiona", comentó Stern irónicamente al sindicato y los jugadores para recordarles las tablas que tiene en las negociaciones de laborales desde que llegó a la NBA hace más 40 años.

A pesar del pesimismo y enfrentamiento laboral entre el sindicato y la NBA para negociar el nuevo convenio colectivo, que deberá entrar en vigor a partir de la temporada del 2011, el programa de la gran fiesta de promoción y venta de imagen que es el Fin de Semana de las Estrellas se completo al pie de la letra.

Los novatos en su tradicional partido con los "sophomores" (segundo año), donde jugó el pívot español Marc Gasol, de los Grizzlies de Memphis, rompieron una racha de siete derrotas seguidas después de ganarles por 140-128, con el base Tyreke Evans, de los Kings de Sacramento, como el Jugador Más Valioso (MVP).

Mientras que la jornada de los concursos volvió a confirmar la saturación que hay en el programa y la poca calidad deportiva que tiene, especialmente, porque en los mismos no están las grandes figuras de la NBA, que prefieren el descanso y la promoción individual de su imagen.

El alero Kevin Durant, de los Thunder de Oklahoma City, comenzó la maratoniana jornada de concursos al revalidar el denominado "H.O.R.S.E", un homenaje a la creatividad, que en está ocasión brilló por su ausencia.

El alero Dirk Nowitzki, ídolo local de los Mavericks de Dallas, con un lanzamiento desde media pista lideró al equipo de Texas para ganar el "Shooting Stars", que enfrentó a cuatro ciudades en un torneo de tiro contrarreloj.

Otro ex jugador admirado y querido por los aficionados de Dallas, el base canadiense Steve Nash, de los Suns de Phoenix, volvió a ganar por segunda vez el concurso de habilidades ante la ausencia del base Derrick Rose, de los Bulls de Chicago, el campeón defensor.

Los triples tampoco generaron ningún tipo de interés ni nada nuevo al ver cómo el menos favorito para llevarse el triunfo, el alero Paul Pierce, de los Celtics de Boston, se proclamó campeón.

La joya de los concursos, el de mates, sí confirmó los pronósticos con el base Nate Robinson, de los Knicks de Nueva York, que gracias a su agilidad hizo historia al ganar por tercera vez, segunda consecutiva, algo que nadie había conseguido antes.

Sin embargo, el centro de atención estaba puesto en el Partido de las Estrellas, a pesar que perdió interés deportivo ante las bajas de tres jugadores deseados por la afición como son el escolta Kobe Bryant y los bases Allen Iverson y Chris Paul.

Sus ausencias se notaron, especialmente la de Bryant, la estrella de Los Ángeles Lakers, en el equipo de la Conferencia Oeste que perdió por 139-141 ante el del Este, que mantuvo la supremacía en los duelos con su trigésima sexta victoria por 23 derrotas.

El escolta Dwyane Wade, de los Heat de Miami, volvió a consagrarse en Dallas como Jugador Más Valioso (MVP) después que ya lo había hecho en las Finales de la NBA del 2006, al conseguir un doble-doble de 28 puntos, 11 asistencias y seis rebotes.

Wade no pasó a la historia por su aportación en el campo, pero sí lo hicieron los 108.713 espectadores que llegaron al Cowboys Stadium y convertirse en la mayor asistencia para un partido de baloncesto al superar los 78.129, que vieron el de Kentucky contra Michigan State, en el Ford Field de Detroit, el 13 de diciembre del 2003.

Aunque más del 20 por ciento de las entradas fueron de cortesía, la NBA recaudó en taquilla ocho millones de dólares, más de lo conseguido con los cuatro últimos Partidos de las Estrellas juntos, que esta vez también tuvo el aliciente artístico de ver en el espectáculo del medio tiempo a la colombiana Shakira y Alicia Keys.

Para el dueño de los Cowboys de Dallas, Jerry Jones, que invirtió 1.200 millones de dólares en el nuevo campo, y el de los Mavericks, Mark Cuban, la marca simbolizó a la perfección el poder que tiene el estado de Texas.

También el de la NBA, que de acuerdo a las previsiones de las autoridades de Dallas-Fort Worth, la 59 edición del Partido de las Estrellas dejó a la economía local 152 millones de dólares de ingresos, sólo superados por los 156 que se dieron en la del 2007 cuando se disputó, en Las Vegas.

La presencia en el Cowboys Stadium del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, fue para recoger el testigo de que será en su estado, concretamente, en el Staples Center, de Los Ángeles, donde se disputará la 60 edición del Partido de las Estrellas.

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