Al asalto de Djokovic

  • Con el recuerdo aún fresco en la memoria de la última final, para muchos una de las mejores de la historia, lidiada entre el serbio Novak Djokovic y el español Rafael Nadal, irrumpe en la escena del 2013 el primer Grand Slam del curso, el Abierto de Australia, con los favoritos de siempre pero también con ausencias de postín.

Santiago Aparicio

Redacción deportes, 12 ene.- Con el recuerdo aún fresco en la memoria de la última final, para muchos una de las mejores de la historia, lidiada entre el serbio Novak Djokovic y el español Rafael Nadal, irrumpe en la escena del 2013 el primer Grand Slam del curso, el Abierto de Australia, con los favoritos de siempre pero también con ausencias de postín.

Es precisamente la de Nadal la baja más notable. Djokovic el rival a batir en el 'major' tradicionalmente más complicado de predecir: en el inicio del ejercicio y con el estado de forma aún pendiente de definir por los jugadores. Se mueve además el Melburne Park al antojo de las altas temperaturas, extremas, que ponen a prueba la situación física de los tenistas.

Dos aspectos que amplían las expectativas de los aspirantes y que invitan a la sorpresa. Sin embargo, la dictadura impuesta en los últimos tiempos por los cuatro primeros del mundo (Djokovic, Roger Federer, Andy Murray y Nadal) parece aún fuera del alcance del resto.

El cuarteto se repartió equitativamente los cuatro grandes en el 2012 y bajo esa premisa entra en escena el 2013. Al margen, claro, de Nadal, que acumula seis meses de ausencia y en Melburne dejará pasar el segundo Grand Slam sin disputar después del de Estados Unidos.

Djokovic fue el campeón en Australia tras aquella final memorable ante el español. El serbio tres veces campeón en el último lustro, entre ellas las dos últimas, parte como favorito en el torneo del Grand Slam más rico, con 25 millones de euros en premios para repartir y que promete al vencedor, tanto del cuadro masculino como del femenino, 1,9 millones.

El serbio suele estar a punto en cada inicio de temporada. Además, acabó de forma impecable en el 2012, que cerró con seis títulos y otras cinco finales. Arrancará en el Melbourne Park con el francés Paul Henri Mathieu y perfila una eventual semifinal con David Ferrer, la cabeza visible del tenis español en el tiempo de sequía de Nadal.

Ferrer, que saldrá como cuarta raqueta del mundo tras Australia, disfrutó el pasado año del mejor de su carrera, con siete éxitos, entre ellos su primer Master 1000, en París. Arranca con el belga Olivier Rochus y con la moral alta tras haber ganado su cuarto título en Auckland, el tercero de forma consecutiva.

Roger Federer y Andy Murray aspiran a asaltar el trono del número uno del mundo. Ambos van a transitar por el mismo perfil del cuadro del torneo. El suizo, cuatro veces campeón, aspira en el 2013 a alimentar su relación de triunfos y a elevar el número de 'majors' que contiene su historial, hasta ahora poblado con 17, el mayor jamás alcanzado por un jugador.

Murray, por su parte, aspira a ampliar su crecimiento. A prolongar el paso al frente que ejecutó el curso anterior, cuando por fin consiguió, en Nueva York, el primer Grand Slam de su carrera. Después de brillar en los Juegos Olímpicos, en Londres, sobre hierba. Finalista en dos ocasiones (2010 y 2011) en el Melbourne Park, el escocés es el tercer gran candidato a la victoria.

El resto, con Ferrer a la cabeza, están a la expectativa. Es el caso del checo Tomas Berdych, sexto del mundo o, sobre todo, el argentino Juan Martín del Potro, el último al margen de los cuatro primeros en ganar un 'grande' que, por potencial y tenis, trabajan por dar alcance a la aristocracia del circuito. Igual que el francés Jo Wilfried Tsonga o, después, el serbio Janko Tipsarevic, que completan el 'top ten' mundial.

Nadal encabeza la relación de bajas del primer Grand Slam del ejercicio, de la que forman parte también los estadounidenses John Isner y Mardy Fish, el argentino David Nalbandián o el letón Ernests Gulbis.

En el cuadro femenino la estadounidense Serena Williams se advierte como la jugadora a batir. A pesar de partir como tercera cabeza de serie es la principal favorita para conquistar su sexto título en el Abierto de Australia.

La jugadora de Florida solo ha perdido un partido desde que cayó en la primera ronda de Roland Garros en mayo pasado; en Cincinnati, contra la alemana Angelique Kerber. Desde entonces ganó Wimbledon, el oro en Londres, el Abierto de Estados Unidos y el Masters femenino. Fruto de sus 35 victorias en sus últimos 36 partidos. Este año ya se ha hecho notar en Brisbane, que añadió a su relación de éxitos.

Williams, que ya acumula 15 títulos grandes, ha mostrado una superioridad evidente con el resto. Cuando está en condiciones y motivada no tiene rival. Otra victoria en el Melbourne Park convertiría a la jugadora de Florida, de 31 años, en la número uno del mundo más veterana desde que Chris Evert ganó en 1985 (30 años y 11 meses).

La bielorrusa Victoria Azarenka y la rusa Maria Sharapova desafían la condición de favorita de Williams. Azarenka disfrutó en el 2012 de su mejor año. Defiende el título en Australia y disfrutó en el primer trimestre de su mejor momento, con 26 victorias seguidas. Sin embargo, después fue sometida por Serena.

Maria Sharapova es otra de las candidatas. Es una de las diez jugadoras de la historia que presenta en su historial los cuatro títulos del Grand Slam. Serena Williams es también su asignatura pendiente ahora. Ha perdido con la estadounidense las nueve últimas veces en las que han jugado.

La polaca Agnieszka Radwanska, la checa Petra Kvitova o la china Na Li, finalista en el 2011, afrontan la competición a la expectativa.

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