Alomar y Blyleven listos para estar junto a las grandes leyendas

  • El momento soñado por cualquier pelotero de poder dar el discurso de aceptación antes de entrar al Salón de la Fama, está cerca para el ex segunda base puertorriqueño Roberto Alomar y el ex lanzador holandés Bert Blyleven.

Houston EE.UU., 23 jul.- El momento soñado por cualquier pelotero de poder dar el discurso de aceptación antes de entrar al Salón de la Fama, está cerca para el ex segunda base puertorriqueño Roberto Alomar y el ex lanzador holandés Bert Blyleven.

Ambos, mañana, domingo, en Cooperstown (Nueva York), tendrán que subirse el podio para expresar sus sentimientos de como han vivido toda su trayectoria profesional que le llevo a estar entre los grandes de todos los tiempos.

Alomar, considerado como el mejor segunda base de su generación, se convertirá tercer beisbolista nacido en Puerto Rico que llega al Salón de la Fama para estar al lado de los legendarios Roberto Clemente y Orlando Cepeda.

Su destino final era algo que se sabía desde que con seis años ya captaba la atención de los entendidos en el mundo del deporte pasatiempo nacional.

Además, Alomar, de 43 años, nació en una familia que tenía una vinculación completa con el béisbol y siguió los pasos de su padre Santos Alomar al jugar la posición de segunda base.

Su padre jugó por 15 temporadas en las Grandes Ligas y su hermano mayor, también llamado Santos, pero al que se le conocía como Sandy, también destacó como receptor a lo largo de 20 años.

Con sólo 17 años, Roberto Alomar logró el primer contrato para jugar con los Padres de San Diego para que tres temporadas más tarde, el 22 de abril de 1988, hiciese su debut en las Grandes Ligas.

Su bautismo en las mayores no pudo ser más prometedor al pegar sencillo en el primer turno al bate y nada menos que contra Nolan Ryan, otro ex lanzador legendario al que se va a unir en el recinto sagrado.

Precisamente, Alomar ha reconocido que los nervios para mañana, domingo, cuando tenga que dar el discurso de aceptación serán los mismos o mayores de los que tuvo cuando hizo el debut.

Pero la diferencia es que tras pasar ese momento su nombre estará inscrito en una placa junto a los grandes de todos los tiempos para ser recordado como uno de los mejores segunda base de todos los tiempos.

Alomar ganó nada menos que 10 Guantes de Oro, algo que ningún otro segunda base consiguió en su carrera, para resaltar sus grandes cualidades defensivas.

Pero fue todavía mejor en el apartado ofensivo al demostrar ser un excelente bateador con .300 de promedio como profesional, además logró .984 de promedio de fildeo y corrió como nadie a la hora de robar bases para alcanzar un promedio de 30 o más por ocho temporadas.

Su figura se creció también cuando llegó la competición de octubre al conseguir .313 de promedio de bateo y .347 en las dos Series Mundiales que ganó con los Azulejos de Toronto, el equipo que va a representar en el Salón de la Fama.

Alomar tenía todos los elementos para haberse convertido en el cuarto segundo base y el cuadragésimo quinto pelotero en la historia en alcanzar el Salón de la Fama en la primera votación, pero el incidente con el árbitro John Hirschbeck, a quien escupió en la cara en septiembre de 1996 se lo impidió.

Sin embargo, en la segunda votación, Alomar, que es un gran amigo de Hirschbeck, recibió nada menos que el 90 por ciento del apoyo del panel de profesionales que cubren la información de las Grandes Ligas para ser el vigésimo sexto pelotero que alcanzó ese porcentaje, además de haberse hecho justicia.

Su compañero en la jornada histórica será otro ex pelotero extranjero, el lanzador holandés Blyleven, que a sus 60 años es el primero en su país que logra el sueño de llegar junto a las grandes leyendas y que lo hará con la gorra de los Mellizos de Minnesota.

La constancia y perseverancia de Blyleven fueron las dos características que le permitieron conseguir grandes metas como ser el tercer lanzador que ganó un juego en las mayores antes de cumplir 20 años y después de los 40.

Blyleven, que ganó 287 juegos en una carrera que abarcó 22 años en las mayores, dijo sentirse feliz de poder estar en la ceremonia al lado de Alomar y Pat Gillick, uno de los grandes gestores dentro del mundo del béisbol profesional, responsable de la llegada del ex pelotero puertorriqueño a los Azulejos.

Aunque perdió 250 juegos, Blyleven lanzó 60 blanqueadas (la novena mejor marca de la historia) y acumuló 242 juegos completos.

El ex lanzador holandés concluyó la carrera en 1992, con 3.701 ponches (la quinta mejor marca de todos los tiempos).

Blyleven hizo 685 aperturas (el undécimo en la lista de todos los tiempos), lanzó 4.969 entradas y un tercio (para ser el decimocuarto), estableció una marca de 3-0 en la serie de campeonato y de 2-1 en la Serie Mundial.

Los Mellizos lo eligieron en la tercera ronda del sorteo aficionado de 1969 para que Blyleven se convirtió en el lanzador más joven en las mayores el 2 de junio de 1970, cuando lo convocaron, luego de cumplir apenas 21 aperturas en las menores.

Desde entonces iba a protagonizar una carrera de triunfos que logró con no sólo con los Mellizos sino también con los Vigilantes de Texas, los Piratas de Pittsburgh, Indios de Cleveland y los Angelinos de Los Ángeles.

Su etapa estelar en las Grandes Ligas la vivió cuando formó pareja al lado del zurdo Frank Viola, que en 1985 les permitió ganar 85 partidos y el título de la Serie Mundial, que ya había conseguido en 1977 con los Piratas.

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