Carlos A. Fernández
La Coruña, 26 ago.- El italiano Carlo Ancelotti, técnico del Real Madrid, regresará el próximo jueves al estadio de Riazor, escenario de uno de los batacazos más inesperados de su carrera en los banquillos cuando defendía el título de campeón de Europa con el Milán.
El ahora preparador blanco, que disputará el decano de los torneos veraniegos del fútbol español, el Trofeo Teresa Herrera, ante el Deportivo, no habrá olvidado aquel 7 de abril de 2004 en el que los coruñeses completaron una de sus noches más épicas a costa de una de las peores pesadillas de los italianos.
El Milán se presentaba en Riazor con el 4-1 que había cosechado en el encuentro de ida en San Siro, un resultado contundente que solo podía tumbar una remontada casi imposible.
Pero Ancelotti intuía que aquella noche de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones que le esperaba en A Coruña no iba a ser la del Milán, sino la del Deportivo.
Y así lo dejó entrever incluso antes de viajar a España: "El equipo es consciente de la importancia del partido. No deberemos pensar absolutamente en el 4-1 de la ida. Es más, deberemos estar atentos al juego del Deportivo, a su posesión del balón, a sus penetraciones por las bandas y al movimiento de sus laterales".
Ancelotti sabía que no estaba todo hecho, que enfrente tendría a un rival "peligroso" y que "el resultado de la ida" podía ser "engañoso". Lo fue.
No bastó aquella renta al Milán para acceder a las semifinales, una ronda a la que los blanquiazules pasaron por primera y única vez en su historia.
Aquel Deportivo, que entrenaba Javier Irureta, obró una de las remontadas más recordadas de la 'Champions' con Molina; Manuel Pablo, Naybet, Andrade, Romero; Mauro Silva, Sergio; Víctor, Valerón, Luque; y Pandiani en la alineación.
El delantero uruguayo inició la épica en los primeros minutos del partido, Valerón, pasada la media hora, anotó el segundo de cabeza tras un centro de Luque, que marcó el tercero antes de que el partido llegara al descanso y Fran sentenciara en el segundo tiempo.
Los deportivistas soñaron entonces con reinar en Europa, pero en el penúltimo paso, el Oporto de José Mourinho, curiosamente el técnico al que ha sustituido Ancelotti en el Madrid, les apartó del camino al trono y les cambió la vida.
El prometedor futuro se apagó, el Deportivo volvió meses después a la máxima competición continental para hacer el ridículo en la fase de grupos; y en Liga, no logró clasificarse para la 'Champions' por primera vez después de cinco años consecutivos consiguiéndolo.
En consecuencia, bajaron los ingresos, perdió potencial en la plantilla, agravó su deuda y sus problemas fueron a peor: de aquellos polvos surgieron los lodos actuales, con el club en concurso de acreedores desde enero y dos descensos en los últimos tres años.
Ante ese panorama, el Real Madrid se brindó a ayudarle con su participación en el LXVIII Teresa Herrera, un torneo que Ancelotti también conoce.
Como técnico, lo disputó el 13 de agosto de 2006 con el Milán y Riazor volvió a atravesársele: 3-1 a pesar de que el Dépor ya era un equipo venido a menos y el Milán tenía a jugadores como Gatusso, Pirlo, Seedorf, Kaká, Inzaghi o Gilardino.
Quizá, a la tercera sea la vencida para el técnico italiano, que el jueves a las 19 horas volverá a sentarse en el banquillo visitante de Riazor con aquella noche inolvidable en la cabeza.
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