Arshavin, el hijo pródigo del fútbol ruso

  • Cuatro años después de deslumbrar en la Eurocopa, Andréi Arshavin sigue siendo la gran esperanza del fútbol ruso, aunque el rendimiento en su club, el Arsenal, haya sido decepcionante en la última temporada.

Ignacio Ortega

Moscú, 4 jun.- Cuatro años después de deslumbrar en la Eurocopa, Andréi Arshavin sigue siendo la gran esperanza del fútbol ruso, aunque el rendimiento en su club, el Arsenal, haya sido decepcionante en la última temporada.

"Llevo meses sólo pensando en la Eurocopa. No veo imposible repetir las semifinales de hace cuatro años", afirmó Arshavin, de 31 años.

El holandés Dick Advocaat, seleccionador ruso, es muy consciente del estado de ánimo de Arshavin, así que le entregó el brazalete de capitán del combinado nacional.

Además, le recomendó que aceptara una cesión a su equipo natal, el Zenit San Petersburgo, ya que durante los últimos meses en el Arsenal apenas jugaba, debido a que Arsene Wenger, el técnico del equipo londinense, lo condenó al banquillo de los suplentes.

Arshavin, que fue incluido en el equipo ideal en la Eurocopa de Austria y Suiza, fichó a principios de 2009 por el Arsenal, donde cautivó a la afición local, especialmente tras marcar los cuatro goles de su equipo en un partido contra el Liverpool.

En cambio, esta última temporada acabó con la paciencia del técnico, de sus compañeros y de los aficionados, que han pedido insistentemente su traspaso.

"Hice bien en irme cedido al Zenit. El técnico (Wenger) perdió la confianza en mí. Si me hubiera quedado en Londres, no hubiera sido convocado para la Eurocopa.", admitió.

El actual futbolista del Arsenal poco tiene que ver con el que hizo trizas a la defensa holandesa en los cuartos de final de la Eurocopa (3-1), encuentro en el que se admitieron comparaciones con el mismísimo Maradona.

En aquella ocasión, Arshavin fabricó los tres goles y marcó el último ya en la prórroga, gesta que ha pasado a la historia del fútbol nacional, que aún guarda como oro en paño la victoria en la primera Eurocopa (1960), al derrotar a Yugoslavia en la final (2-1).

En un equipo ideal plagado de jugadores españoles, que eliminaron a Rusia en las semifinales (3-0), Arshavin brilló con luz propia y se convirtió en un de los futbolistas más pretendidos del continente.

El ruso soñaba con enfundarse la camiseta del Barcelona, pero finalmente decidió fichar por el Arsenal, donde no llegó a cumplir con las expectativas del que fue llamado "el Blokhín ruso", en honor al legendario futbolista ucraniano, Oleg Blokhín.

Pero eso ya es pasado, por lo que Arshavin aceptó la cesión en marzo al Zenit, donde se proclamó campeón de liga, aunque su contribución no fue ni mucho menos brillante.

El técnico italiano del Zenit, Luciano Spalletti, tuvo un trato de favor con el ruso, quien así dispuso de los suficientes minutos para mantenerse en forma.

Con todo, el Arshavin de 2012 aún conserva ese regate endiablado y una visión de juego, que le convierten en un jugador parecido al español Iniesta: pequeño pero matón.

En el reciente amistoso contra Uruguay, que puso en liza a estrellas como Luis Suárez, Edinson Cavani o Diego Forlán, el futbolista ruso dejó destellos de su calidad en la primera parte.

La prensa rusa considera que, más que un problema anímico, Arshavin tiene un problema físico y es incapaz de aguantar los 90 minutos.

Con todo, Advocaat y la afición rusa confían en que Arshavin sea capaz de dar el do de pecho en un torneo corto como es la Eurocopa, que tan buenos recuerdos les trae.

Arshavin, que es conocido con Rusia por su falta de modestia, está convencido de que su equipo puede llegar lejos, más aún cuando cuenta con el apoyo de la afición, ya que la Eurocopa se juega en dos países vecinos.

Por si acaso la inspiración de Arshavin se apaga, el seleccionador ruso ha convocado al futbolista del Sporting de Lisboa, Marat Izmáilov, un jugador igual de imprevisible que el delantero del Arsenal.

Con vistas al futuro, es muy probable que Arshavin no retorne al Arsenal y pruebe suerte en otro equipo inglés, o regrese cual hijo pródigo al Zenit, el equipo que le enseñó a jugar al fútbol de maravilla.

Arshavin, que debutó en el Zenit en el 2000 y en la selección en el 2002, fue el rostro de la exitosa candidatura de Rusia, que organizará la Copa Mundial de fútbol en 2018.

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