Madrid, 1 oct.- El Atlético de Madrid tratará de olvidar la derrota sufrida el domingo ante el Kiel alemán en la Liga de Campeones con un triunfo sobre el Academia Octavio de Vigo, que llega a Vistalegre dispuesto a borrar la mala imagen que dejó el pasado año cuando cayó por 52-27 ante los rojiblancos.
Un resultado que se antoja hoy prácticamente imposible de repetir ante el dubitativo arranque de temporada de los madrileños, a los que les está costando acabar de acoplar a sus numeros fichajes, y sobre todo, ante el excelente momento anímico en el que llegan los gallegos tras empatar (22-22) en la última jornada ante el Reale Ademar de León.
"Es un equipo complicado, que ha sido capaz de empatar con el Ademar. Además combina veteranos como Rafa Da Silva que le aportan mucha calidad con jóvenes como el central Pablo Cacheda, que ahora mismo está siendo la sensación de la Liga de estos jóvenes emergentes", señaló el segundo entrenador atlético, Raúl González.
Complicaciones a las que se añade el escaso tiempo de preparación con el que el Atlético afrontará el duelo, que se celebrará apenas cuarenta y ocho horas después del duelo con el campeón germano.
"Es un partido muy peligroso porque tras jugar el domingo tan sólo contaremos con un día para prepararlo, por lo que habrá que estar muy atentos. Hay que afrontarlo con mucha seriedad porque en la Liga no podemos perder ningún punto", indicó González en declaraciones a la página web del club rojiblanco.
Una escasa preparación a la que se unirán las bajas ya confirmadas de los lesionados José Javier Hombrados y Nikolaj Markussen, mientras que será duda hasta el último momento el pivote Edu Fernández, aquejado de un esguince de tobillo.
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