Así es la vida del balón de la Champions desde que 'nace' hasta que un rico se lo lleva a su casa

  • El balón con el que se disputa la final de la Champions en Milán se fabricó hace un mes por exigencia de la UEFA y se personalizó al conocerse los finalistas.

    Un total de 20 balones estarán en San Siro el 28 de mayo, pero no todos 'jugarán' el partido, sino que algunos ya están reservados para coleccionistas.

'Finale Milano', el balón que hará campeón a Madrid o Atlético
'Finale Milano', el balón que hará campeón a Madrid o Atlético
V.G.

A principios de mayo, primero el Atlético y después el Real Madrid lograron clasificarse para la final de la Champions League. Todos creían que eran los únicos invitados a la cita, pero para entonces el 'Finale Milano' ya tenía su sitio reservado, porque los balones de las finales se fabrican como muy tarde un mes antes del partido para evitar sustos de última hora. 

Vivirá su noche mágica en Milán, pero para ello ha tenido que recorrer muchos kilómetros. El balón de la final es asiático: el poliuretano procede de Japón, pero después se convierte en el esférico en China o Pakistán antes de viajar en este caso a Italia.

Adidas fábrica los balones en serie, pero 20 los guarda única y exclusivamente para la final. Esto quiere decir que son iguales que los que se pueden comprar en las tiendas a 140 euros (no las réplicas). Desde octavos de Champions los equipos vienen jugando con este balón, pero el de la final tiene algo especial y es que va personalizado. En uno de los paneles, lleva el nombre de los equipos, la fecha y el nombre del estadio. 

Los 20 balones fabricados para la final pasaron test de bote, de resistencia al golpe y de vuelo a los días de su fabricación. No pueden quedarse ni totalmente inflados ni desinflados, ya que podrían perder cualidades a pesar de que son indeformables de fabricación.

Sin ellos sería imposible que se celebrara la final y llevan guardados bajo llave unos días en San Siro, no son ni siquiera los del entrenamiento previo y estarán totalmente a estrenar para la final. Horas antes del partido es cuando la UEFA imprime los nombres de Real Madrid y Atlético, 28 de mayo y San Siro, hasta entonces ningún balón oficial lleva esa serigrafía.

Pero de los 20 balones solo 10 o 12 están en circulación durante el partido, porque el resto ya tiene dueño. Los balones con los que se juegan las finales de Champions se han convertido en los últimos años en auténticas piezas de coleccionista por las que se pagan altas cantidades de dinero y que están reservados desde antes de la disputa del partido.

La UEFA también reparte varios de los balones, como las entradas para la final, entre sus compromisos. Y los jugadores también se llevan alguno como recuerdo si van unidos a la Copa. Solo falta que el esférico eche a rodar en Milán a las 20:45 horas del sábado para que siga siendo la parte silenciosa de la historia del fútbol.

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