Barcelona - Espanyol: Messi homenajea a Pep con un póker de goles

Dos nombres propios tenía el derbi catalán. Por un lado Pep Guardiola, que dirigía por última vez al Barcelona en el Camp Nou. Por otro, Leo Messi, quien luchaba con Cristiano por lograr el pichichi y la Bota de Oro. Al final, gracias al argentino, ambos brillaron y recordarán por siempre uno de los derbis más desiguales de los últimos años.

Leo Messi se encargó de preparar el regalo a Pep en su despedida del Camp Nou. Las pancartas, ovaciones y aplausos eran sólo el entrante de una fiesta que Messi se encargó de organizar y dirigir.

En un partido en el que el Espanyol salió valiente, presionando arriba y buscando incomodar al Barça, el argentino hizo su primera aparición en el minuto 11. El argentino se pidió una falta en la frontal. El balón acabó entrando por la izquierda de Christian, sin que el portero pudiera siquiera tocarlo.

Con el Espanyol desgastándose en defensa, el Barcelona intetó seguir fiel a su estilo, tocando y tocando. Iniesta lo intentó por la izquierda pero la defensa perica sacó todo durante la primera parte.

LA SEGUNDA PARTE FUE COSA DE MESSI

Tras el paso por vestuarios, llegó el momento de Messi. En apenas un cuarto de hora, el argentino anotó tres goles más, elevando su cifra de goles hasta los 50 anotados en Liga.

Dos de ellos fueron de penalti, el primero con suspense tras golpear en el palo. Entre uno y otro, Lionel aprovechó un pase en profunidad y se plantó solo ante Christian Álvarez, batiéndole sin problemas con un tiro rason cruzado. A poco del final, pudo llegar la manita, pero su vaselina sobre el portero se marchó fuera.

Así, como quien no quiere la cosa, Messi anotó cuatro goles. Un poker de góles. Messi se convierte en el jugador en la historia que más hat-tricks ha anotado en una misma temporada en la Liga, con ocho. Además, con cincuenta goles, el argentino finiquita la lucha por el pichichi y la Bota de Oro.

Ese fue el regalo de Messi para un Pep que fue el protagonista una vez acabao el encuentro.