Barcelona-Real Madrid: la politización, el ingrediente que faltaba para calentar el Clásico

    • El Clásico del 7 de octubre ha sido declarado, como siempre en estos casos, de alto riesgo. El historial de enfrentamientos entre los dos equipos está lleno de afrentas que vengar, y eso se contagia a los aficionados.
    • A pesar de ello, diversos colectivos quieren utilizar el Barcelona-Real Madrid como plataforma para reivindicar la independencia de Catalunya, lo que podría calentar más los ánimos en la calle y en la grada al mezclar política y deporte.
    • La presencia de un soldado israelí invitado ha provocado la queja de varios movimientos islamitas como Hamás. Un exprisionero palestino ha renunciado a ver el partido por ese hecho.
El Camp Nou se 'vestirá' con la 'senyera' y el grito de 'Barça!' en el clásico
El Camp Nou se 'vestirá' con la 'senyera' y el grito de 'Barça!' en el clásico

El Barcelona es más que un club. Siempre se ha dicho. Durante la dictadura de Franco, los aficionados azulgranas mostraban su sentimiento catalán a través de su club, y ahora algunos quieren utilizar a éste como plataforma para mostrar al mundo (el partido será televisado en decenas de países a unos 400 millones de personas) su deseo de lograr la independencia de Cataluña, tema éste que está de actualidad tras la multitudinaria manifestación de la Diada.

Así, un grupo definido como 'Fanatics Barça' ha publicado un vídeo en Youtube donde pide a todos los aficionados del club azulgrana que acudan al Camp Nou el día del Clásico con su bandera estelada, independentista. Lo malo del vídeo es que mezcla imágenes incluso de la Guerra Civil aludiendo al asesinato de un presidente del Barcelona por las tropas franquistas. Mezclar política y deporte nunca es bueno, y más en un partido ya de por sí caliente.

Porque en el césped, al menos, han saltado chispas en los últimos choques entre Barcelona y Real Madrid. Acusaciones de juego violento por un lado y de teatro por el otro, el dedo en el ojo de José Mourinho a Tito Vilanova y la posterior colleja de éste a aquél, ruedas de prensa incendiarias, quejas por arbitrajes, tánganas, agresiones… Se llegó a decir que peligró la amistad entre los integrantes de la selección española que juegan en los dos equipos, algo que evitaron los propios futbolistas aunque no sin problemas.

Ya en el primer partido de la Champions ante el Spartak de Moscú, parte de la grada lanzó gritos a favor de la independencia de Cataluña. En el Clásico, esos gritos tendrán más repercusión. Queda la duda de si serán mayoritarios o no y cómo reaccionarán los socios que no están a favor del independentismo. ¿Habrá rififafes entre seguidores incluso del mismo equipo?

Desde el propio Barcelona han llegado incluso mensajes de que "el Camp Nou será una olla a presión" como dijo el propio presidente, Sandro Rosell, aunque destacó el hecho de que estaba convencido de que las reivindicaciones políticas se llevarían "de forma pacífica" si se produjeran. El club, por otro lado, ha apoyado la creación de un gigantesco mosaico que estará formado por 98.000 cartulinas que darán a la grada el aspecto de la senyera, la bandera oficial de Cataluña, junto a la palabra Barça. Se mostrará antes de que empiece el partido, cuando los futbolistas del túnel de vestuarios.Conflicto palestino-israelí ligado al Clásico

El próximo Clásico también ha sido noticia porque se ha producido un pequeño lío entre palestinos e israelíes a consecuencia del mismo por inverosímil que parezca. Varios movimientos islamistas, entre ellos Hamás, han llegado a hablar de hacer boicot al Barcelona. ¿El motivo? La invitación cursada al exsoldado israelí Guilad Shalit, que permaneció cinco años cautivo en la franja de Gaza tras ser capturado por milicias armadas palestinas.

Mahmud al Sarsak, exfutbolista de la selección de Palestina y expreso de los israelíes, liberado hace poco tras realizar una huelga de hambre de 92 días, ha renunciado a ver el partido por la invitación de Shalit, ya que, en sus palabras, "no se puede igualar a la víctima y al opresor".

Fuentes del club azulgrana han asegurado que no han invitado a los dos futbolistas de motu propio, pero que sí han atendido peticiones de personas cercanas a ambos para que tanto el palestino como el israelí pudieran ver el choque contra el Real Madrid.

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