Bayern Múnich 3 - 2 Barcelona: Neymar sella el pase a la final de Berlín

    • Anotó dos tantos en media hora que evitaron el milagro de un Bayern que se adelantó a los 7 minutos gracias a un gol de Benatia.
    • El Barcelona buscará su quinta Champions en su cuarta final en diez años.

'Una ciudad, un sueño' era el lema del majestuoso tifo en un Allianz que creyó en la epopeya pero todo acabó en una pesadilla donde el Bayern Múnich fue zarandeado en la primera mitad por un Barcelona que dejó la eliminatoria resuelta a la media hora gracias a dos tantos de Neymar.

Para no fallar con la idiosincrasia alemana, el Bayern de Pep, que según los puristas ha faltado a algunos de los principios básicos del fútbol germano y por ello es criticado, salió poniéndole ímpetu pero con cabeza. Sabedor de defectos y las virtudes de los culés, tocó y fue vertical hasta que el Barcelona robó y Rakitic estuvo a punto de sentenciar la eliminatoria. Neuer salvó, como casi siempre. Era un aviso de lo que iba a suceder y lo que predijo Guardiola en la previa: 'Son el mejor equipo del mundo al contragolpe'.

No se había llegado al minuto 10 y, como sucediera en el Camp Nou, el partido iba de área en área a toda velocidad. El gol era cuestión de tiempo. Y llegó. Xabi Alonso puso un córner, Benatia remató a gol e hizo estallar el Allianz. Por primera vez en ocho días en Baviera se creyó que tan ardua afrenta era posible. Busquets, el jugador que menos se equivoca y el gran objetivo a batir para Guardiola, se despistó e hizo fluir el ánimo alemán. Por un momento, y sin que sirva de precedente, la defensa del Barcelona zozobró y el Bayern se sintió pletórico pero era un espejismo. La gran diferencia de esta eliminatoria, aparte de Messi, ha sido el distinto tino de ambas defensas. Porque la zaga del Bayern no está de acorde a un equipo de tal categoría. Y cuando tienes a Messi, Suárez y Neymar delante eso te penaliza.

Como ya se había vislumbrado en la primera ocasión de Rakitic, a la espalda de la defensa del Bayern se albergaban las esperanzas del Barcelona de dejar su sello en Múnich. No era cuestión de conseguir un simple gol para clasificarse, había necesidad de hacer daño tras el 7-0 de hace unos años. En la tez de los jugadores culés aún habían magulladuras después de un descalabro que le sacó del trono del fútbol a base de sopapos.

Así, Messi, que participaba por primera vez, vio el desmarque de Luis Suárez, éste encaró a Neuer y cedió a Neymar para que anotara un tanto que alejaba los nervios y acercaba al Barcelona a la octava final de su historia. El Bayern necesitaba marcar cuatro goles más en 70 minutos: una quimera. Tan sólo se habían jugado 15 minutos de partido pero parecía que había pasado un mundo. La pesadilla no había hecho nada más que empezar para un Guardiola que ha visto como su sobrenombre en el mejor Barcelona de la historia volaba conforme se sucedían los goles. ¿El Barcelona de Pep o el de Messi? En difícil responder a esta cuestión pero lo cierto es que en dos partidos se han desnudado muchas teorías. Para bien del técnico, hay que señalar que él hizo grande a Messi y que el argentino elevó la categoría de un entrenador que siempre dijo: 'Si no es por Leo estaría entrenando en segunda'.

No pasó de la primera marcha un Bayern Múnich, que tras el tanto del brasileño, elevó la bandera blanca y se limitó a aproximarse pero sin convencimiento: todo era fogueo. Entre las mar de intentonas bávaras sin confianza, Suárez volvió a correr a la espalda de Benatia y cedió a Neymar para que hiciera su segundo gol del partido y mandara al Bayern en la lona. En el haber de Luis Enrique hay que apuntar que el técnico asturiano le ha dado una versatilidad al Barcelona encomiable. Ahora es un híbrido capaz de correr y asociarse sin presión de las altas esferas. Hasta hace poco en Barcelona era un sacrilegio hacerle un canto a un fútbol vertical al que se ha agarrado Luis Enrique para dejar de ser previsible. Y claro, cuando eres capaz de adaptarte a dos estilos cotizas al alza.

Tras el gol de Neymar, se luchó por ganar el partido porque el destino de la eliminatoria estaba escrito. El Barcelona se encomendó a un contragolpe y se dedicó a guardar fuerzas de cara a la Liga y a la final del 6 de junio. Luis Suárez se quedó en el vestuario por sufrir molestias musculares y el resto de jugadores bajó las revoluciones. Ahí apareció Lewandowski para hacer un gol marca de la casa que aupó la moral bávara. El polaco bailó delante de Mascherano y definió con maestría a la derecha de un Ter Stegen que llevaba un partido impoluto. A falta de 15 minutos Müller anotó el tercer tanto del Bayern pero no valía de nada. Neymar había resuelto la eliminatoria en 30 minutos. El mejor equipo del momento estará en Berlín.

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