En el verano de 2009, Benzema fue uno de los caprichos de Florentino Pérez. Muchas dudas envolvieron el fichaje del joven jugador francés, que era todo un ídolo en su equipo de origen, el Olympique de Lyon.
Tras jugar más de 100 partidos y anotar más de 40 goles, el delantero galo lo dejó todo para llegar a uno de los clubes más grandes del mundo. Sus inicios en el equipo merengue fueron muy discretos, incluso se habló de una posible salida en varias ocasiones. Pero desde que llegó Mourinho al banquillo blanco, el cambio del francés ha sido absoluto.
Tras una temporada de transición, Karim ha dejado a un lado su polémica vida personal y se ha puesto el mono de trabajo. Mourinho ha sido como un padre para él y el joven delantero galo ha respondido a ritmo de goles. Ocho tantos en pretemporada hacían presagiar el despertar de Benzema como jugador del Madrid.
En la Supercopa de España volvió a demostrar que aparte de ser goleador, es también un jugador de equipo, algo inimaginable hace tan solo 12 meses.
Con los dos tantos frente al Getafe, el francés ya se ha estrenado en la competición doméstica esta temporada, pero sin duda el buen sabor de boca que está dejando Benzema en este inicio de curso hace que sea el nueve que quería Mourinho este verano.
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