Soria, 28 sep.- El saltador de altura Javier Bermejo, ocho veces campeón de España al aire libre, ha asegurado hoy que el récord mundial del cubano Javier Sotomayor, con sus 2,45 metros, será superado "con seguridad" en los próximos años por el catarí Mutaz Essa Barshim, que ya ha logrado 2,43 metros.
Bermejo ha sido hoy homenajeado por el Centro de Alto Entrenamiento Deportivo de Soria en la séptima edición de la VII Exhibición de saltos de altura y con pértiga en la calle celebrada en el centro urbano de Soria, tras retirarse este verano de la alta competición el atleta de Puertollano, después de dos décadas en la elite.
Bermejo, que ha declarado a Efe que superar el listón en 2,50 metros son "palabras mayores" y ha apuntado que el saltador catarí Barshim, de 23 años, superará "con seguridad" el 2,45 metros del cubano Sotomayor, récord mundial de la especialidad desde hace veinticinco años.
"El catarí está saltando muy bien, tiene 23 años y todavía le quedan cinco o seis años en la elite mundial y en este tiempo tendrá que mejorar algo", ha resaltado.
Bermejo ha señalado que el cubano Sotomayor, del que es amigo, tiene muy asumido que los récords están para superarlos.
El récord de España está en 2,35 metros en pista al aire libre y 2,31 metros en pista cubierta.
Bermejo ha asegurado que actualmente no ve a ningún saltador español con capacidad para saltar el 2,35 metros, pero hay tres saltadores con buena proyección aunque tienen que cambiar su mentalidad (Miguel Ángel Sancho, Simón Siberio e Ignacio Vigo) para intentar superar el 2,31 metros
En su trayectoria deportiva ha reconocido que ha visto en la elite "de todo", desde pasar penurias a disfrutar de una edad "de oro" del atletismo, y ahora se está atravesando recortes como el resto del país, aunque deportivamente hay más medios técnicos e infraestructuras, además de avanzar más la ciencia médica deportiva.
Para conseguir medallas en el futuro en el atletismo, Bermejo ha considerado importante recuperar las cuantías de las becas del antiguo plan ADO que se puso en marcha en las olimpiadas de Barcelona en 1992 y que permiten que los atletas y los entrenadores se dediquen exclusivamente a sus pruebas.
Además ha sostenido que hace falta la predisposición de los atletas para asumir el sacrificio que supone estar entre los mejores, en una carrera donde hay que tener paciencia.
"Trabajo con niños y veo que cuando está lloviendo no vienen a entrenar y es un hándicap; el sacrificio de antes no es el de ahora", ha resaltado. EFE.
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