La anécdota del Betis - Real Madrid la proporcionó, involuntariamente, el árbitro Iturralde González. El colegiado vasco se lesionó durante la primera mitad y tuvo que dejar su puesto tras el descanso a Sagués Oscoz, el cuarto árbitro, que lo hizo bien a pesar de ser debutante en Primera división.
Tres tarjetas en cuatro minutos a Higuaín, Kaká e Iriney fue lo más reseñable que hizo Iturralde en los 45 minutos que estuvo en el campo. El partido lo jugaban Betis y Real Madrid con intensidad, pero también con nobleza. La única jugada un tanto polémica fue el control con la mano de Rubén Castro en el gol de Jorge Molina, pero el vasco no apreció voluntariedad.
Tras el descanso, con Iturralde en la banda para mostrar el cartelón de los cambios, Sagués Oscoz se convirtió en el juez del partido. Igual que hiciera Iturralde, tampoco señaló penalti en una mano de Xabi Alonso dentro del área tras golpearle el balón en la pierna. En cuanto a las amonestaciones, sólo sacó una amarilla al madridista Álvaro Arbeloa.
La nota curiosa la dio uno de los linieres cuando no dejó entrar a Nelson, del Betis, porque sangraba por un corte. Le obligó a cambiarse la camiseta y a que le pusieran una venda en la barbilla como manda el Reglamento, aunque la acción desesperó a la afición local, que veía a su equipo con 10 durante muchos minutos.
La jugada más polémica llegó en el tiempo añadido cuando Sergio Ramos cortó un disparo dentro del área. Los futbolistas del Betis pidieron penalti, pero las dos primeras repeticiones de la televisión no permitían determinar si en la acción le daba el balón al central del Real Madrid en el brazo o en el muslo y luego el cuerpo. Así que en directo tuvo que ser más difícil de ver, y en caso de duda hay que dejar seguir el juego.
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