Brasil sólo deja chispazos del 'jogo bonito' ante Bosnia

  • Triste victoria de Brasil ante Bosnia y Herzegovina (1-2) en un amistoso celebrado en Suiza que ha vuelto a dejar en evidencia al combinado dirigido por Menezes. La 'canarinha', plagada de jugones, persigue encandilar a todos los aficionados con su fútbol, pero luego se queda en un quiero y no puedo.
Neymar y Dzeko protagonizarán el duelo de goleadores en el amistoso entre Brasil y Bosnia
Neymar y Dzeko protagonizarán el duelo de goleadores en el amistoso entre Brasil y Bosnia
Jorge Ramírez Orsikowsky

Brasil no es feliz cuando juega su selección, o como mucho esboza una media sonrisa.  Quedan poco más de dos años para que celebre su segundo Mundial de fútbol, y las sensaciones no son las mejores. La afición aplaude el intento por volver al fútbol vistoso de antaño, pero el 'jogo bonito' sólo aparece a ratos, sin continuidad. Ante Bosnia fue más de lo mismo. Victoria por la mínima (1-2) y gracias en un amistoso en Suiza que no quedará en el recuerdo de la 'torcida'.

Un equipo con futbolistas como Neymar, Ronaldinho, Hernanes, Dani Alves, Marcelo y Ganso, que salió en la segunda parte, debería ser un espectáculo para la vista, pero la teoría no siempre se lleva a la práctica. Bosnia fue capaz de frenar a la pentacampeona con un planteamiento tan simple como defensivo, y tampoco sufrió en exceso. Y eso que el partido se puso de cara cuando el jugador del Real Madrid Marcelo abrió el marcador en el primer ataque sudamericano. Un remate cruzado para culminar una jugada originada por el barcelonista Dani Alves.

Pero antes del cuarto de hora empató el bosnio Ibisevic aprovechando una cantada del portero Julio César, y los brasileños perdieron el ángel, la gracia. O, más bien, demostraron una vez más que les falta algo, un organizador que lleve el peso del centro del campo. Sandro, Hernanes y Fernandinho no lo hicieron ante Bosnia. El fútbol de Brasil se limita a chispazos de sus habilidosos hombres de ataque, pero está por ver que eso baste ante selecciones más fuertes que la balcánica. Las acciones brillantes se alternan con largos periodos de monotonía, con una evidente falta de ritmo.

Al final, la victoria llegó en el último minuto con un gol en propia puerta de Papac tras una jugada de Marcelo, el mejor en Saint Gallen, que acabó con un centro de Hulk que esperaban Ganso y Neymar con la caña preparada. Pero, a pesar del triunfo, las sensaciones fueron las mismas. Brasil no enamora con su juego a dos años vista de su Mundial. Ahora, el espectáculo lo hacen los europeos, España, Alemania y Holanda. ¿Aguantará Mano Menezes hasta 2014?

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