Carlos Pauner recibe el alta tras sufrir su accidente más grave en rocódromo

Zaragoza, 24 sep.- El montañero aragonés Carlos Pauner ha recibido hoy el alta hospitalaria en el Hospital Miguel Servet de Zaragoza dos semanas después de sufrir el que ha calificado como "accidente más grave" de su trayectoria deportiva al sufrir una caída desde varios metros de altura en un rocódromo de Zaragoza.

Pauner se produjo una rotura de pelvis cuando realizaba escalada deportiva en la capital aragonesa el pasado 9 de septiembre que le ha obligado a pasar dos veces por el quirófano.

Aunque ha recibido el alta hospitalaria, al alpinista todavía le quedan por delante varios meses de rehabilitación para lograr una recuperación "lo más cercana posible" a su estado inicial en un tiempo en el que considera que "la unidad de medida van a ser las semanas y no los días" empezando por abandonar primero la silla de ruedas en la que ahora se mueve e ir avanzando hasta alcanzar la plenitud.

El jefe de la Unidad de Fractura de Pelvis y Cadera, Antonio Peguero, se ha mostrado confiado en que Pauner logrará una recuperación "al cien por cien" tras un accidente que ha calificado como "grave".

Peguero ha informado que sufrió "la fractura del anillo pélvico por un traumatismo de alta energía grave, importante e intenso" en el que el primer riesgo es la atención en urgencias por sangrado en la zona del sacro en el que "se pueden acumular entre dos y tres litros de sangre y hay que remontar hemodinámicamente y estabilizarlo para que no lesione otros huesos", por lo que ha destacado que se ha tratado de un trabajo multidisciplinar de los diferentes servicios médicos del hospital.

También ha dicho que posteriormente se le realizó una nueva intervención en la zona pélvica, del pubis y la sacra para "estabilizarlo y lograr una recuperación funcional y anatómica".

"La operación ha ido bien, tenía una materia extraordinaria cuando en otros casos están ingresados habitualmente dos o tres semanas. Está bien preparado y en buena forma y su naturaleza ha hecho mucho", ha concluido el traumatólogo.

Al respecto del accidente, el montañero jacetano ha comentado que había repasado mentalmente los diferentes accidentes que ha sufrido, desde estar varios días extraviado en el Kangchenjunga (8.586 metros), en helicóptero o en todo terreno, pero este lo ha calificado como el más grave.

"La conclusión es que sabemos que no se debe bajar nunca la guardia, porque en las otras situaciones estaba con la guardia muy alta y sucede porque tienes la guardia baja", ha reflexionado.

Uno de los peligros de un rocódromo es que se está muy cerca del suelo, porque ha recordado que en Riglos ha sufrido "vuelos de 25 metros y no ha pasado nada" pero en esta ocasión confluyeron varios factores para que se produjera el accidente.

"Tuve suerte y en la caída mostré el instinto de supervivencia. Recuperé las alertas en los últimos instantes y evitó males mayores", ha analizado.

En lo que no tiene ninguna prisa es en acelerar su proceso de recuperación después de una "caída y un golpe muy serio que en muchas ocasiones es letal" después de unos primeros días que no fueron fáciles para una persona acostumbrada a la actividad porque "estar parado tanto tiempo es difícil".

Como persona pública también piensa que su recuperación puede servir como "un ejemplo de superación que supone una lesión para todas las personas que lo pasan mal".

Tras haber completado el pasado mes de mayo la ascensión a los catorce ochomiles de la Tierra, ahora su intención, una vez recuperado, es intentar hollar las siete cumbres más altas de los siete continentes y en un futuro ir a los dos Polos en lo que ha calificado como "el gran slam del montañismo y que muy pocos tienen", así como afrontar otros retos alpinísticos en el Himalaya o en otras zonas.