Carolina Marín, una leyenda del bádminton a la que le costó más separarse de sus padres que ganar dos oros

'A los ocho años yo hacía flamenco. Un día una amiga me invitó a jugar al bádminton y ahí empezó todo'. Sentenciaba Carolina Marín en este diario un mes después de conquistar su primer campeonato del Mundo y de Europa. Ese día, en el que la llevaron a un pabellón de Huelva éste deporte minoritario también comenzó a fraguarse su propia leyenda en España. Porque, después de alcanzar su segunda final del Mundial consecutiva, el bádminton es un deporte pionero en España gracias a la presencia de una onubense que con 14 años tuvo que abandonar a su familia para iniciar su propia carrera en el Centro de Alto Rendimiento Joaquín Blume de Madrid.

'Me enorgullece que el Bádmintonse haya dado a conocer gracias a míy que la gente hable de este deporte en la calle', afirmó a este periódico en el que reconoció que los inicios no fueron fáciles. 'Fue muy complicado. Yo era una niña de 14 años y además soy hija única. Ellos cuando podían venían a verme pero no podían subir casi nunca por trabajo', dijo.

Tras sus logros de 2014, su vida cambió, dejó los estudios al margen y comenzó a entrenar para llegar a lo más alto. Para hacer realidad sus sueños se levanta a las 7:15,entrena de 8 de la mañana, a 10 horasdesayuna, de 12 a las 14 vuelve a entrenar, come, y por la tarde de 17 a 20 horas. Después guarda tiempo para estar con su novio por la noche. Ese es el día en la vida de una heroína que, con Rafa Nadal como ídolo, llegó al bádminton para triunfar. Y lo está haciendo.

Esta época de vino y rosas le ha traído algunos problemas con una Federación Española de Bádminton que no ha sabido llevar su éxito. El organismo pretendía que los jugadores cedieran sus derechos de imagen y Carolina se plantó. 'Ha habido problemas porque no han sabidorecopilar el éxito del Mundial. Se les ha subido a la cabeza un éxito que conseguí pero yo sigo con los pies en la tierra', agregó a este diario el pasado 13 de marzo.

Cinco meses después lo ha vuelto a hacer. Revalida su título de campeona del Mundo que se une a un palmarés excelso. Desde que aquella tarde en Huelva golpeara un volante por primera vez, se convirtió en la primera española en conseguir una medalla de plata en unos campeonatos de Europa Júnior, también fue pionera en ganar un Grand Prix de oro tras ganar en 2013 en Londres el Gran Premio de Oro pero lo mejor estaría por llegar.

En 2014 derrotó a la china Li Xueriu en la final del Mundial convirtiéndose en la campeona del mundo más joven de Europa y en 2015 ganó el All England, lo equivalente al Wimbledon femenino. Y a pesar de colgarse infinitas preseas al cuello su ambición sigue intacta. Desde pequeña siempre quiso'soñar a lo grande'.Así funciona la cabeza de Carolina

El psicológo de Carolina Marín, Pablo del Río, en declaraciones a El Mundo, ha explicado cómo se preparó la jugadora tras la lesión: 'En aquel momento no sabíamos si jugaría el torneo, la lesión le obligó a parar muchos días, pero logró recuperarse trabajando el doble. Hacíamos tres sesiones a la semana de práctica figurada. Interpretábamos momentos de partido y acordábamos qué actitud debería ser la correcta cuando estos llegaran. Así mantuvo la concentración, la tensión, la motivación'.

'Para la final, por ejemplo, establecimos que debía salir a lo grande, a ganar, sin calcular ni conservar', desvela.

Del Río, que habla con Carolina todos los días desde Soria, y la corrige si es necesario, asegura que le gusta cuando 'se destaca su valentía' porque es el resultado de su entrenamiento. 'Se prepara mucho para encarar situaciones adversas y mantenerse en positivo: si falla y se ríe, sé que todo va bien', añade.

El profesional, que trabaja con la jugadora española desde que esta tenía 14 años, señala la final perdida del Open de España (2013) como el punto clave de su carrera, pues a partir de entonces comenzó a escuchar más a su entrenador, Fernando Rivas, y a él.