Responsable de deportes de la región de Samara (centro), Dmitri Chliakhtine accedió a la presidencia de la Federación Rusa de Atletismo (Araf) en enero con una difícil misión: Rescatar a sus atletas de la tormenta provocada por el escándalo del dopaje y llevarlos a los Juegos de Rio 2016.
"Creo que actualmente tenemos un 50% de posibilidades de ir a los Juegos. Debemos de dar lo mejor para aumentar estas opciones día a día", declaró este hombre de 48 años tras ser elegido por sorpresa el 18 de enero.
Casi tres meses después el antiguo especialista del mediofondo de buen nivel asegura ser más optimista, pero rechaza ofrecer detalles sobre los progresos realizados desde su llegada y sobre las acciones que debe emprender.
"El proceso ha comenzado, quizás no tan rápido como hubiéramos querido. Seguro que tenemos mucho por hacer, pero mucho ya está realizado", explicó Chliakhtine a la AFP.
"Decir en qué etapa nos encontramos ahora sería sesgado y falso", añadió.
En marzo la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) reconoció que Rusia había hecho "considerables progresos" desde la publicación en noviembre de un informe realizado por una comisión independiente de la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) que desveló "un sistema generalizado" de dopaje en Rusia.
Tras esta publicación la AMA declaró que la Agencia Rusa Antidopaje (Rusada) y el laboratorio moscovita antidopaje no cumplían el Código Mundial Antidopaje y la IAAF suspendió a Rusia de toda competición internacional de atletismo.
Rune Andersen, jefe de la unidad encargada del dosier para la IAAF, declaró a la AFP que "un trabajo considerable debe hacerse (en Rusia) para alcanzar las condiciones de reintegración" en el atletismo mundial.
Próximamente la IAAF debe hacer una nueva visita a Moscú, antes del consejo extraordinario de mayo en el que se tomará una decisión sobre la eventual participación de Rusia en los Juegos 2016.
Para Chliakhtine, el levantamiento de la suspensión de la Araf no se podrá llevar a cabo sin un cambio completo en la mentalidad del atletismo ruso.
"Necesitamos un enfoque completamente nuevo", explicó, añadiendo que "50 especialistas extranjeros" serán fichados para reforzar las prácticas antidopaje.
"Hay que educar a la gente de nuevo, que los atletas no piensen que cualquier resultado necesita del dopaje", precisó.
Pero Dick Pound, antiguo presidente de la AMA y autor del informe indepediente sobre Rusia, comparó los esfuerzos del país con una "reorganización de las sillas sobre la cubierta del Titanic", mostrándose escéptico sobre la participación de Rusia en las pruebas de atletismo de Rio-2016.
"Si la IAAF no desea levantar la prohibición antes de los Juegos de Rio, ningún atleta de la Araf estará autorizado a competir", dijo Pound en un correo electrónico enviado a la AFP, añadiendo que el ministro ruso de Deportes Vitali Moutko tiene tendencia "a ir en todos los sentidos" y multiplicar las declaraciones contradictorias sobre las reformas en curso.
En noviembre, al poco de estallar el escándalo, Moutko rechazó el informe de la AMA y sus "hechos no confirmados", antes de rectificar sus declaraciones y afirmar que Rusia "seguiría evidentemente" las recomendaciones de la AMA y de la IAAF.
Pero mientras Rusia está inmersa en una lucha contra el reloj para convencer a la IAAF, el escándalo del meldonium ha sacado de nuevo a la luz las relaciones cercanas entre los deportistas rusos y los productos dopantes.
Una treintena de ellos, entre los que hay al menos cuatro atletas, han dado positivo por meldonium, un medicamento conocido por mejorar la resistencia al esfuerzo y prohibido por la AMA el 1 de enero.
La Araf confirmó estos casos sin desvelar el nombre de los atletas pero, según Chliakhtine, no influirán en las opciones de su país de volver al atletismo mundial.
La Araf declaró en un comunicado que dirige una "investigación minuciosa" sobre estos casos, añadiendo que advirtió a los atletas y a los entrenadores de la prohibición del meldonium antes de su entrada en vigor el 1 de enero.
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