Caterine Ibargüen, la Shakira del deporte colombiano

  • Cuando Shakira le felicitó a través de Twitter tras lograr la plata olímpica de Londres-2012, Caterine Ibargüen fue una mujer doblemente feliz: no siempre uno recibe un mensaje de su cantante favorito.

"Su forma de bailar es increíble. ¡Y no hay que olvidar que es colombiana!", explicó hace unos meses a la web de la Federación Internacional (IAAF).

Colombiana de nacimiento y corazón, puertorriqueña por formación académica y deportiva, tiene muy presentes los ritmos del Caribe, desde la salsa al reggae.

"Nunca me presentaría a una competición de baile porque seguro que perdería y a mí no me gusta perder", bromeó.

Donde su espíritu ganador no tiene problemas en batirse es en la arena de los estadios, aunque el camino fue largo para llegar al triple salto.

De niña empezó en el voleibol, hasta que un entrenador recondujo su rumbo hacia el atletismo, que le terminó llevando a Puerto Rico para entrenar y cursar sus estudios superiores. El salto de altura fue la prueba donde primero intentó destacar, sin el éxito deseado, quedándose en la ronda clasificatoria en los Juegos Olímpicos de Atenas-2004 y en los Mundiales de Helsinki-2005 y Berlín-2009.

Su mentor y el artesano de su éxito, el cubano Ubaldo Duany, su entrenador, decidió entonces pasar al triple salto y la apuesta vino acompañada de una lluvia de medallas (bronce mundial en 2011, plata olímpica en 2012 y oros mundiales en 2013 y ahora en 2015) para esta enfermera obsesionada con la salud y con no engordar, por lo que se tiene prohibidas las bebidas azucaradas.

Si por ella fuera, una jornada perfecta le permitiría dormir hasta tarde antes de ir de compras o darse un atracón de capítulos de series. La estadounidense "Friends", pese al paso de los años, continúa haciéndole reír.

Pero si algo consiguió el profesor Duany es inculcarle el sentido de la responsabilidad y un espíritu de atleta que le hacen ser muy ordenada en sus horarios, más de lo que de joven podría haber imaginado.

"Soy un instrumento en sus manos", dice Ibargüen sobre su admirado Ubaldo, al que dedica sus éxitos y que constituye un porcentaje muy alto de las victorias de 'Caterine la Grande', sobrenombre que se ganó tras su primer título mundial, hace dos años en Rusia.

Los éxitos conseguidos en estos años han disparado su popularidad y la han convertido en un referente internacional, en una colombiana universal que sólo despega los pies del suelo para saltar.

"Caterine es una persona que uno no se imagina. Que una campeona del mundo sea tan normal... Le gusta estar con nosotros, ella es una guía y una gran persona, es impresionante. No quiere que le traten especial por ser la campeona que es", dice sobre ella Gerarld Giraldo, uno de los atletas de la delegación colombiana en Pekín-2015, antioqueño como ella.

La misma humildad que se esforzó en inculcarle su abuela Ayola, la persona que le crió en Urabá y que constituye otro de los referentes de la gran campeona del deporte colombiano.

Una historia de superación desde un hogar con más necesidades que lujos hasta la cima del deporte con esfuerzo, trabajo y la fortuna de haber encontrado en el camino a las personas adecuadas.

Que el ritmo no pare. Tras ganar el Mundial de Pekín, Caterine Ibargüen quiere bailar ahora samba en los Juegos Olímpicos del próximo año en Rio de Janeiro.

dr/psr/jt

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