Champions: El Barcelona recupera su corona en Wembley gracias a su MVP

  • El Barcelona alzó al cielo de Londres su cuarta Copa de Europa trasderrotar al Manchester United por 3-1 en un choque en el que confirmócon autoridad y buen fútbol que es el mejor equipo de Europa. El 'MVP'culé, Pedro Messi y Villa, materializó en forma de goles lasuperioridad de los de Guardiola en la gran final de Wembley.
Barcelona v Manchester United - UEFA Champions League Final
Barcelona v Manchester United - UEFA Champions League Final
Aitor Amorós (Enviado Especial Londres)

El comienzo, como se esperaba, fue fulgurante por parte del Manchester United. Una presión asfixiante, con las líneas muy adelantadas, agobiando a los jugadores del Barcelona como pocas se ha visto, y obligando a Valdés a que iniciara el juego de su equipo en el área pequeña. No les tembló el pulso a los culés, que siguieron a lo suyo: tocar y tocar, y con calma dejar que el partido caiga de su lado. Pasaron los primeros minutos, el impulso inicial de los 'red devils' desapareció, y se volvió a ver lo que siempre sucede en los encuentros del Barcelona: un monólogo azulgrana. El gran miedo de Guardiola, un gol en el arranque, pasó a la historia.

El Barcelona obliga a los rivales a jugar con pelotazos, es el único recurso que les queda para salvar el enjambre que crea en el centro del campo. La única manera de sacar el balón jugado ante el Barcelona, con su presión y su basculación, sería tener a los jugadores del Barcelona, con su calidad en el pase, su toque preciso, y su formación, su estilo irrenunciable de jugar al fútbol.

Era cuestión de tiempo que viera puerta el Barcelona. Fueron muchas, y muy claras, sus ocasiones ante Van der Sar, pero Villa, como en todo este tramo final de la temporada, no estuvo fino. No desesperó el equipo de Guardiola, siguió tocando y acorralando al United cerca de su área, pero hasta que surgió una genialidad de Xavi, no encontró el gol.

No se descubre nada al decir que el eje de este Barcelona es Xavi, el futbolista que da sentido a la armonía azulgrana, pero Xavi se descubre cada partido como un jugador único. De sus botas nació el gol que abrió el marcador en Wembley, poco antes de que se alcanzara la primera media hora. El capitán (portó el brazalete ante la ausencia de Puyol), condujo el esférico, hasta la frontal del área inglesa, siempre con la cabeza levantada, divisando el horizonte en busca del compañero mejor situado. Aguantó y aguantó hasta que vio a Pedro, al que habilitó ante el Van der Sar, y el canario, que siempre aparece en las citas importantes, no perdonó.

En el ambiente se percibió una sensación de que era justo, que era lo normal y lo esperado. Por eso, el empate, que llegó pocos minutos después, fue un golpe que pilló a contrapié a los blaugrana. Fue una sorpresa en el fondo y en la forma, ya que la triangulación del United al borde del área, las paredes que buscaron y encontraron Rooney y Giggs, estamos más acostumbrados a verlas en el equipo catalán. La gran estrella del Manchester definió con categoría situando con el interior de su bota derecha el balón en la escuadra.

El Barcelona salió con la lección bien aprendida del vestuario tras el descanso: ninguna concesión a los de Ferguson, pintar el esférico de azul y grana, y marcar pronto. Para eso, para aniquilar al rival, nadie mejor que Messi. El argentino aprovechó un despiste de la zaga inglesa, que le dejó sin marca y con metros por delante, para lanzar un latigazo que se transformó en el 2-1. Acaba de comenzar la segunda mitad, y el "tiburón" que es el equipo azulgrana había olido la sangre… su presa estaba perdida.

Novedosa fue la forma en la que el Barcelona buscó finiquitar el partido: con lanzamientos de media distancia. Probaron suerte Xavi, Iniesta, Busquets,... pero el destino tenía preparado un momento de gloria a un jugador que ha pasado una campaña dura: Villa. El asturiano ha tenido que soportar muchas críticas por su falta de acierto en los últimos partidos, y en especialmente en los cuatro enfrentamientos ante el Real Madrid, pero se resarció con un gol espectacular, el gol que todos los que han jugado al fútbol sueñan con meter: colocada, con efecto, y a la escuadra. Y en el fondo de los seguidores del Barcelona. Fue el momento culminante del choque, cuando se supo que ya había ganador de la Final.

Los azulgranas, como equipo experimentado en este tipo de partidos, supo contemporizar el juego, resistir los pocos acercamientos del Manchester United, los últimos estertores, y dejar pasar los minutos al ritmo de su juego, de sus toques, de su fútbol. Un estilo y una filosofía que les ha llevado a proclamarse como el mejor equipo de Europa sin posibilidad de discusión. Y en un escenario, Wembley, donde cierra el círculo que abrió hace 19 años.

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